La bailarina y coreógrafa Blanca Li abre la cuarta semana del Festival de Otoño con su "Corazón loco", un espectáculo que ella misma define "casi como una ópera ballet" y donde no se sabe muy bien quién es quién, porque los bailarines y los cantantes, el cuerpo y la voz, trabajan en equilibrio.

"Es un trabajo diferente a los anteriores, más poético, porque es el encuentro del cuerpo y la voz", ha asegurado en la presentación del espectáculo esta coreógrafa, formada en Nueva York pero que fundó su compañía en París en 1993, y que no cesa en su ánimo de reiventarse constantemente. Tiene terror a repetirse y a copiarse en las fórmulas que funcionan. En definitiva, quiere seguir siendo artista.

"Corazón loco", que se estrenó en enero en Francia y estará en cartel en el Teatro Albéniz entre mañana y el domingo, surgió del trabajo con el grupo vocal Ensemble Vocal Sequenza 9.3, los bailarines y la compositora Edith Canat de Chizy.

Blanca Li construyó el guión del espectáculo a partir de las improvisaciones que llevó a cabo durante varios meses con bailarines y cantantes, y que, grabó en vídeo para reflejar en una película-documental -ahora en proceso de posproducción- todo el proceso creativo.

A raíz de ese guión, la compositora escribió una partitura de música contemporánea, que en un principio Blanca Li quería que fuera sólo para las ocho voces del Ensemble, pero que, al final, a propuesta de Edith Canat de Chizy, ha incluido también percusión.

En este proceso creativo, la artista "ha tenido que hacer muchas concesiones, buscar soluciones y compromisos" para poder conseguir el encuentro equilibrado de dos disciplinas tan distintas: los cantantes necesitaban seguir la partitura, tener las instrucciones del director musical, y no podían cantar después de correr por el escenario....

"Los bailarines me han ayudado mucho en este trabajo y también han colaborado a desaparecer de alguna manera, a ceder en su presencia en escena", prosigue la coreógrafa, quien ha querido que el espectáculo reflejara cuerpos de hombres y mujeres normales.

Blanca Li ha aprendido mucho sobre música y vocalidad contemporánea en este trabajo. "Me ha abierto a la comprensión", sentencia la artista, quien ha creado una pared de lycra con seis espacios, donde los cuerpos aparecen y desaparecen con una sensación de realidad e irrealidad gracias al manejo conjunto de la luz y el vídeo.

La directora del Centro Andaluz de Danza, que viaja con sus dos bebés por todo el mundo con la felicidad de hacer lo que la gusta, ha pasado el verano en su Granada natal representando "Poeta en Nueva York" y tiene en cartera numerosos proyectos, como una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) en enero y de la que apenas adelanta. "Es una sorpresa", apunta.