Una condena a expensas de Rajoy
Si el Consejo de Ministros no decide este viernes lo contrario, la próxima semana ingresará en prisión la madre de Benejuzar (Alicante) que, presa de un trastorno mental transitorio, quemó vivo al violador de su hija en 2
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El futuro más cercano de María del Carmen García depende de lo que este viernes decida el gobierno de Mariano Rajoy. Suya será la última palabra para determinar si esta mujer de 61 años, residente en Benejúzar (una pequeña localidad agrícola al sur de Alicante), entrará o no en prisión el próximo jueves 27. El motivo: cumplir los cinco años y medio de prisión a los que fue finalmente condenada por el Tribunal Supremo por haber quemado vivo en 2005 al hombre que -siete años antes- había violado a su hija a punta de navaja cuando ésta contaba con solo 13 años de edad.
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El relato de lo sucedido aquella mañana, según se recoge en el acta de la primera sentencia que la condenó, es estremecedor. María del Carmen se encontraba esperando el autobús en las proximidades de su domicilio cuando un saludo le sorprendió: "Buenos días señora. ¿Qué tal su hija?". El interlocutor era Antonio Cosme Velasco, alias El Pincelito, al que creía en prisión tras haber sido condenado a diez años de cárcel por violar a su hija en octubre de 1998 y que aquel día disfrutaba de un permiso penitenciario.
Tras el saludo y sin mediar palabra, Cosme entró en un bar cercano, mientras que María del Carmen, presa de una "explosión mental que disminuyó sus facultades volitivas", se dirigió a su domicilio, donde recogió una botella que llenar con gasolina. Ya con ella, regresó al bar y se dirigió al lugar de la barra en el que se encontraba El Pincelito. "¿Te acuerdas de mí?", le dijo, a lo que este respondió con una evasiva. "Pues para que no me olvides", remató Mª del Carmen, comenzando entonces a verter el carburante sobre Antonio Cosme y después lanzando al suelo la cerilla que convirtió a la víctima en "una antorcha". Cinco días después, la víctima falleció a causa de un shock séptico resultado de las quemaduras.
María del Carmen, que salió del bar al estallar el incendio, fue detenida la misma noche de los hechos "en estado desorientado" en el puerto de Alicante, a 60 kilómetros de Benejúzar, e inmediatamente entró en prisión preventiva. Los primeros días los pasó en reclusión convencional, y posteriormente, dado su estado mental, en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de la prisión de Fontcalent , quedando en libertad provisional a la espera de juicio cerca de un año después.
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Pero este juicio no llegó hasta 2009. Para entonces -según su abogado, Joaquín Galant- María del Carmen "ya había alcanzado unos estándares de vida normalizados", gracias al tratamiento médico continuado del trastorno mental cuyo origen los médicos sitúan en la violación de su hija. Entonces llegó la primera sentencia, de nueve años y seis meses de prisión por dos delitos de asesinato y lesiones dolosas -a otro cliente del bar- y multas por importe de más de 150.000 euros. Y a partir de ahí, los recursos.
Primero, al Supremo, que rebajó cuatro años la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Alicante al entender la concurrencia de la eximente incompleta de trastorno mental transitorio. Después, al Constitucional, que rechazó el recurso a la anterior por considerar la rebaja de la pena suficiente. Finalmente, cerrada la vía judicial, solo quedaba acudir a la vía del indulto.
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Estos recursos mantuvieron a María del Carmen lejos de prisión durante años. "Mantiene una vida ajena al delito en la actualidad, carece de antecedentes policiales y penales, y ha de atender a su esposo, que padece una grave enfermedad desde hace años", recogía la última resolución que suspendía temporalmente su condena. Pero finalmente, la denegación por parte del Gobierno de concederle el indulto el pasado mes de abril, puso de nuevo en marcha la maquinaria.
"A lo único que contribuiría su ingreso en prisión es a que sufra un mayor dolor del que ya está sufriendo desde que violaron a su hija", asegura María del Mar Esquembre, Doctora de Derecho Constitucional y Directora del Centro de Estudios sobre la Mujer en la Universidad de Alicante y portavoz de la Plataforma Feminista de Alicante. Esta plataforma, junto a una veintena de asociaciones (que incluyen a la Agrupación de Abogadas de Alicante, los partidos PSOE, EU y Compromís, o los sindicatos UGT y CCOO), impulsó la pasada semana una campaña en favor de una nueva petición de indulto para María del Carmen.
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"A lo único que contribuiría su ingreso en prisión es a que sufra un mayor dolor del que ya está sufriendo desde que violaron a su hija"
Esta nueva petición la argumentan en la "inconstitucionalidad" de que el Consejo de Ministros haya denegado el indulto a esta mujer "sin aducir las razones", por lo que, a su juicio, el Ministerio de Justicia pudo haber actuado "arbitrariamente". Una situación que el abogado Joaquín Galant ejemplifica en el indulto al piloto kamikaze que mató a un joven de 21 años y fue indultado por el Gobierno tan solo unas semanas antes de denegar el indulto a María del Carmen sin aportar ningún razonamiento.
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"Su reingreso en la cárcel no aportaría absolutamente nada a la sociedad y está bastante lejos del espíritu de reinserción y rehabilitación social recogido en el Derecho Penal", argumenta Esquembre; y conscientes de ello no han sido pocas las instituciones públicas que se han sumado a la petición de indulto, desde los ayuntamientos de Alicante o Benidorm, a la Diputación de Alicante.
Sin embargo, entre estos apoyos destaca una ausencia, la del propio ayuntamiento de Benejúzar. "En este asunto hay dos partes, dos familias, las dos del pueblo, y el Ayuntamiento no quiere tomar partido por ninguna de ellas", aclaran a Público fuentes del consistorio, cuyo alcalde no ha realizado ninguna valoración oficial al margen de que, desde el principio, se han acogido a lo que ha dictaminado la justicia.
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Esta postura refleja la actitud de un pueblo dividido y de una herida que se abrió en octubre de 1998, cuando El Pincelito violó a una niña de 13 años. "Ella no está loca, es mala". Así la sentencia para Público Antonio Fernández, propietario del bar en el que María del Carmen mató a Antonio Cosme, y que perjura que éste -pese a la sentencia judicial condenatoria y los restos de semen del violador encontrados en la muchacha- nunca agredió sexualmente a la niña.
Su actitud, arraigada en parte de los vecinos del pueblo, habría sido comprensiva con los insultos que madre e hija asegurarían haber recibido por parte de familiares de El Pincelito después de que este fuera condenado, y habrían alimentado el trastorno de María del Carmen. "Vivimos en una sociedad patriarcal en la que los estereotipos masculinos y femeninos están repartidos. Y si la mujer se aparta de su rol de sumisión, inmediatamente se le identifica con la mujer falsa, la mujer mentirosa. Es algo firmemente instalado", argumenta la Doctora de Derecho Constitucional María del Mar Esquembre para explicar el fenómeno.
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En todo caso, lo sucedido ya no tiene remedio, pero sí el ingreso de María del Carmen en prisión, que podría no producirse si el Gobierno se pronuncia a favor del indulto en el Consejo de Ministros de este viernes. No obstante, "también puede ser que el trámite sea muy precipitado", advierte el abogado Joaquín Galant, que anuncia la presentación de un nuevo aplazamiento del ingreso si se demorara la respuesta. De no aceptarse ni la una ni la otra, el próximo jueves, quince años después de la violación de su hija, y ocho desde que mató al violador, María del Carmen regresaría a prisión para completar su condena penitenciaria.