La Comisión Electoral de Tailandia recomendó hoy al Tribunal Constitucional la disolución del Partido Demócrata, la principal formación en la coalición que gobierna el país, por un caso de financiación ilegal.

La Comisión acordó, con 5 votos a favor y 4 en contra, elevar el caso ante la Fiscalía y pedir en el Constitucional la suspensión del partido presidido por el primer ministro, Abhisit Vejjajiva.

Un diputado del opositor Puea Thai (De los tailandeses), de los aliados del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, denunció al Demócrata ante la Comisión por recibir presuntamente más fondos de los permitidos por un particular en 2005.

Si prospera el recurso, desaparecerá el Demócrata, uno de los de mayor solera en la arena política tailandesa, y los miembros de su ejecutiva quedarán inhabilitados para desempeñar funciones públicas durante cinco años.

La resolución de la Comisión se produce cuando decenas de miles de personas se manifiestan desde hace un mes en Bangkok para forzar la celebración de elecciones anticipadas.

"Nunca negociaremos con asesinos. Es nuestra obligación honrar a los que murieron por la democracia en este país", destacó Jatuporn Prompan, uno de los dirigentes de la protesta organizada por el Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura.

El sábado pasado, 21 personas murieron y más de 850 resultaron heridas cuando manifestantes, antidisturbios y soldados iniciaron una batalla campal justo al lado de la turística calle de Khao San.

Perdieron la vida cuatro militares, 16 "camisas rojas" y un camarógrafo japonés de una agencia de noticias internacional que, casado y con dos hijos, informaba expresamente de estas protestas, que comenzaron el 14 de marzo.

Las autopsias practicadas a 11 de los muertos y difundidas hoy revelaron que uno falleció de un ataque cardíaco, nueve de heridas de bala en la cabeza o el corazón disparadas por carabina y la última corresponde al camarógrafo nipón y cuyo resultado las autoridades mantienen en secreto de momento.

Tailandia vive una profunda crisis política fruto de la lucha entre los detractores y partidarios de Shinawatra desde la asonada que le depuso en 2006.

Shinawatra dirige las protestas desde el exilio porque si regresa tendrá que cumplir los dos años de prisión a los que fue condenado en rebeldía en 2008 por un delito de corrupción.