La adición de quimioterapia al tratamiento estándar con tamoxifen en mujeres posmenopáusicas que sufren un cáncer de mama de nódulo positivo aumenta el índice de supervivencia y reduce las posibilidades de recaída.

El beneficio de esa doble terapia es aún mayor cuando el tratamiento con tamoxifen sigue a la quimioterapia, según un estudio publicado hoy en la revista médica "The Lancet" y dirigido por la profesora Kathy Albain, del Cardinal Bernardin Cancer Center, de la Loyola University Chicago Stritch School of Medicine (EEUU).

Otro artículo del mismo equipo médico, que aparece en la edición de internet de "The Lancet Oncology" indica que un test de pronóstico de recurrencia usado habitualmente(el de 21 genes) es capaz de predecir si las pacientes del mismo estudio se beneficiarán del tamoxifen.

Ese test indica que las mujeres con un riesgo elevado de recurrencia son las que seguramente más van a poder beneficiarse de la quimioterapia auxiliar, mientras que aquellas en las que el riesgo es mínimo tal vez no se beneficien, lo que podría ahorrarles los efectos tóxicos de la quimioterapia.

De las 1.477 pacientes escogidas al azar y observadas durante un máximo de trece años - y de nueve como media-, un 60 por ciento de las tratadas con quimioterapia seguida de tamoxifen estaban libres de recurrencia al cabo de diez años, frente a un 53 por ciento de las que recibieron quimioterapia y tamoxifen al tiempo y un 48 por ciento de las tratadas únicamente con tamoxifen.

Un análisis que tuvo en cuenta distintos factores de pronóstico indica que las mujeres en los grupos que recibieron ambos tratamientos bien simultáneamente, bien de manera sucesiva, tenían un 24 por ciento menos probabilidades de sufrir una recaída que quienes recibieron sólo tamoxifen, y un 17 por ciento más posibilidades de supervivencia.