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Colombia desautoriza misión humanitaria para nuevas liberaciones

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Por Luis Jaime Acosta

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El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, suspendió el lunes la participación de una organización humanitaria en la liberación de dos políticos secuestrados por las FARC, una decisión que podría dificultar la entrega inmediata de los rehenes.

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El mandatario anunció la decisión después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberasen el domingo en la selva a tres policías y un soldado secuestrados, en la primera entrega unilateral en casi un año y que se retrasó por un supuesto intento de sabotaje del Gobierno, según denunció la misión que recibió a los rehenes.

"La necesidad humanitaria de liberar a los secuestrados ha sido utilizada, en contra de lo acordado, en incitación y estímulo al grupo secuestrador, narcotraficante y terrorista de las FARC", dijo Uribe.

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"Se autoriza exclusivamente al Comité Internacional de la Cruz Roja y a su apoyo logístico otorgado por la República de Brasil, para continuar en esta operación, lo cual es suficiente para un acto humanitario", aseguró el mandatario.

Hasta el momento no se ha producido ninguna reacción a las declaraciones de Uribe por parte de la misión humanitaria liderada por la senadora Piedad Córdoba, que el lunes tenía previsto recibir al ex gobernador del departamento del Meta Alan Jara y el miércoles al ex diputado del departamento del Valle Sigifredo López.

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El periodista Jorge Enrique Botero, miembro de la misión humanitaria, aseguró que la entrega de los cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas se retrasó y estuvo a punto de cancelarse porque aviones militares sobrevolaban la zona.

Uribe admitió que hubo vuelos a alturas permitidas, pero negó operaciones ofensivas para sabotear la operación.

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"Hubo vuelos de la Fuerza Aérea Colombiana. Esos vuelos respetaron las alturas mínimas en el área autorizada, no hubo operaciones militares ofensivas. El Gobierno por solidaridad con los secuestrados y sus familias ha facilitado desde un comienzo este proceso de liberación. El Gobierno cumplió con lo ofrecido", aseguró el mandatario en un discurso.

El presidente acusó a las FARC de la explosión de un coche bomba contra una instalación de la Policía en la ciudad de Cali, en el suroeste del país, en la que murió al menos una persona, incluido uno de los atacantes.

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ESTRATEGIA DE LA GUERRILLA

Con las liberaciones, las FARC buscan espacio político y mejorar su imagen internacional tras recibir varios golpes del Gobierno de Uribe como la muerte de altos mandos en operaciones militares, el rescate de la política Ingrid Betancourt y la deserción de miles de combatientes.

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Los tres policías y el soldado, que formaban parte de un grupo de rehenes que las FARC intentan intercambiar por 500 rebeldes presos, fueron entregados en un lugar de la selva del sur del país a una misión humanitaria que contó con el apoyo logístico de Brasil.

Los liberados y la comisión humanitaria llegaron el domingo por la noche al aeropuerto de Villavicencio, donde fueron recibidos con aplausos, vítores y claveles blancos.

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Horas después fueron trasladados a la capital colombiana, donde se reunieron con sus familias y vistiendo uniformes nuevos aparecieron junto a Uribe en la sede de la Presidencia.

"Es lamentable las condiciones en que las FARC mantienen a los secuestrados. Amarrados peor que si fuéramos animales, encadenados al cuello. Además de una cadena también nos colocan un lazo, atados a un árbol, no tenemos movilidad más de tres metros", dijo el policía Walter José Lozano.

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Los efectivos de las Fuerzas Armadas, que llevaban secuestrados entre 19 y 24 meses, mostraban buenas condiciones físicas y de salud.

Con esta operación, la cifra de rehenes políticos en poder de las FARC se ha reducido a 24.

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El Gobierno y la guerrilla mantienen posiciones radicales que han impedido poner fin al drama de los rehenes, algunos de los cuales llevan más de 11 años secuestrados en la selva en medio de un violento conflicto interno que azota al país.

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