Apoyada por las cofradías de Semana Santa, de imponente influencia social, la manifestación de este domingo contra el aborto en Sevilla fue un éxito inapelable. No se cabía en la céntrica Plaza Nueva. Los asistentes tuvieron incluso algo de suerte: no llovió. Miles de hombres y mujeres de todas las edades, niños y adolescentes acudieron al acto, que tuvo réplicas similares en el resto de capitales andaluzas.

El apoyo de 'todas las cofradías' lo hizo expreso Eduardo García, Hermano Mayor de la Santa Cena, que se permitió decir que la existencia de vida humana desde la concepción es 'categórica desde el punto de vista científico'. Paradójico: un católico devoto pontificando con imprecisión sobre la infalibilidad de la ciencia.

Juan María del Pino, portavoz de la Federación Católica de Padres, alertó contra 'este Gobierno de gente que dice no tener Dios, que promueve una cultura de la muerte, de la mierda, podrida'. '¡Ya hay preservativos para niños de 12 años!', se horrorizó –rodeada de niños sosteniendo globos rojos– Guadalupe Barrantes, de Derecho a Vivir.

Retórica ultraconservadora, emotividad a chorros –un padre recordó a todos que su hijo, síndrome de Down, era 'la alegría de la casa'– y gritos y pancartas contra el Gobierno. Ese era el guión.

Pero algunos iban más allá. Como Miguel y María José, padres de cuatro hijos, 'decepcionados' con el rey por firmar la ley. Al monarca le dedicaban, en una pancarta, unos versos de Lope: 'Todo lo que manda el rey, que va contra lo que dios manda, no tiene valor de ley, ni es rey quien así se desmanda'.