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Las claves de la fortaleza de una entidad

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Solvencia: Qué es y cómo se determina

La solvencia mide la capacidad de una entidad para hacer frente a las pérdidas que pueda tener que asumir en el futuro. Se mide con varios ratios, que calculan cuánto dinero tiene una entidad para esos imprevistos. El más importante es el ‘core capital', que es el porcentaje que esas reservas representan sobre los riesgos que asume la entidad correspondiente. Actualmente está situado en el 4%, y el Gobierno lo va a elevar al 8% de manera generalizada y por encima para las cajas que no cotizan en bolsa. Cuanto más alta es esta cifra, se supone que una entidad está mejor preparada para afrontar los problemas.

Capital: Cómo se capta

La solvencia se eleva con la parte de beneficios que no se reparte cada año y se reduce según se acumulan pérdidas. Además, se puede mejorar haciendo ampliaciones de capital, vendiendo acciones, saliendo a bolsa o haciendo efectivas las plusvalías que se tienen en participaciones industriales (es decir, las empresas en las que son accionistas). También se puede ser más solvente reduciendo el tamaño de la entidad. Si se mantiene el mismo capital, pero se reducen los riesgos, el resultado de la fórmula es más positivo. El Gobierno ha decidido hacer el cálculo con las cifras de las entidades a cierre de 2010 para evitar que se lancen a reducir su tamaño mediante el cierre total del grifo del crédito.

Crédito: ¿Más solvencia, más crédito?

Cuanto más fuerte es una entidad más posibilidades tiene de captar fondos para entregar créditos a sus clientes. Pero, al tiempo, cuanto más dinero se obliga a las entidades a guardar en la hucha para ser más solvente, más se les desincentiva para conceder financiación. Los expertos aseguran que en los próximos años, aunque las entidades hayan elevado sustancialmente su solvencia, no habrá un ‘boom' del crédito. Nunca se volverá a los niveles anteriores a la crisis, pero a cambio se podrá evitar un ‘credit crunch'; es decir, la ausencia total de crédito.

Dureza: En España, más exigentes

El Gobierno, impulsado por el Banco de España, ha decidido que las entidades financieras nacionales tengan unos ratios más elevados que sus competidores internacionales para que se confíe de una vez por todas en el sistema financiero español, que es actualmente uno de las principales lacras de la imagen de la economía española. A cambio, asegura que serán más fuertes, como lo fueron cuando llegó la crisis. La mayor dureza que ha practicado hasta ahora el Banco de España ha permitido que las ayudas públicas hayan sido en España bastante menores que en los grandes países europeos.

Clientes: El efecto del cambio en las cajas

Inicialmente, estas mayores exigencias pueden suponer una mayor dureza de las entidades, tanto bancos como cajas, a la hora de conceder créditos y un precio más elevado. La conversión de las cajas en bancos no debería notarse en la operativa normal con los clientes porque seguirán ejecutando las mismas actividades.

Consecuencias: Qué dicen los expertos

Si el Gobierno logra hacer bien la recapitalización de las entidades financieras, podrá mejorar la calificación de su deuda, aseguró ayer la firma Moody's.

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