La 59 edición de la Berlinale ha arrancado anclada en la más cansina actualidad. La crisis financiera centra el nuevo filme de la gran esperanza del cine alemán, Tom Tykwer (Corre, Lola, corre). De primeras, el thriller The international podría tacharse de oportunista por centrar su trama en los desmanes de un banco corrupto. Con todo, el realizador alemán se apresuró a subrayar, en ocasiones con fluorescente ante la insistencia de los periodistas, que el guion se remonta a ocho años atrás, y el rodaje, a principios de 2008, antes de la debacle Madoff.

"En su momento consideré el argumento extravagante, pero ahora resulta dramáticamente real. No obstante, el sistema que ha generado esta zozobra es más antiguo que los bancos", ha apuntado Tykwer sobre una historia que no compite por el Oso de Oro. En 2002, Tykwer ya abrió la Berlinale con Heaven, cinta que adaptaba un guion de Krysztof Kieslowski. Frente a la radicalidad de aquel proyecto, esta nueva incursión internacional se antoja más digerible por sus hechuras comerciales. Un agente de la Interpol, interpretado por Clive Owen, en uno de esos papeles de héroe vulnerable que borda, y la fiscal de Manhattan, a la que insufla humanidad Naomi Watts, ponen contra las cuerdas a un banco, en una persecución regada de cadáveres que les transporta a Berlín, Estambul o Nueva York.

The international es un policiaco de aliento europeo, por el ritmo pausado del montaje, con una única y memorable escena de acción en la que el Museo Guggenheim de Nueva York queda hecho trizas, literalmente. A su protagonista, Clive Owen, le recuerda "a los thrillers de los setenta, entretenidos y al mismo tiempo inteligentes".

La cinta bordea otro de los hitos históricos que van a marcar esta Berlinale, el vigésimo aniversario de la caída del muro. Armin Mueller-Stahl interpreta a un desencantado ex oficial de la Stasi reconvertido en asesor del capitalismo contra el que tanto luchó. Mucho se va a hablar estos días de la deriva, en esto caso personal, que trajo la caída del comunismo. B