Los evacuados ante el riesgo de inundaciones alcanzan los cien mil en la zona afectada por el seísmo del pasado 12 de mayo en el suroeste de China, mientras el Ejército chino dinamitó hoy uno de los lagos a punto de desbordarse.

Según informa hoy la agencia de noticias Xinhua, un grupo de policías llegó esta madrugada al lago Tangjiashan (Sichuan), formado a raíz del potente seísmo del 12 de mayo, y que con 128 millones de metros cúbicos de agua amenazaba al desolado distrito de Beichuan, 3,2 kilómetros río abajo.

Unos 150 policías portando cada uno de ellos 10 kilogramos de dinamita llegaron a pie pasada la medianoche y tras varias horas de caminata hasta el lago, y empezaron de inmediato las labores para dinamitar el dique formado por aludes de tierra y rocas.

Se trata de uno de los más de 30 lagos formados por el seísmo de ocho grados de magnitud del pasado 12 de mayo, que ha causado más de 86.000 muertos y desaparecidos, mientras que otras 69 presas en la provincia quedaron agrietadas por el temblor y están a punto de reventar debido a la llegada de las lluvias en el sur de China.

Según el Ministerio de Recursos del Agua, 700.000 supervivientes del seísmo están en peligro ante el desbordamiento de estas reservas.

El pánico cundió ayer de nuevo entre los damnificados al registrarse la más potente de las ocho mil réplicas acaecidas desde el 12 mayo, con una magnitud de 6,4 grados y que ha dejado por lo menos cinco muertos y más de 480 heridos en las provincias de Sichuan y Shaanxi.

La réplica devastó el distrito de Qingchuan (Sichuan), donde ayer se informó de un muerto, y otras cuatro personas más perecieron en el de Xixiang (Shaanxi). Cuarenta y un heridos se encuentran en estado grave.

Más de 71.000 viviendas se desplomaron ante este nuevo temblor que pudo sentirse hasta en Pekín, a 1.500 kilómetros de distancia, y que ha afectado a las vecinas provincias de Gansu y Shaanxi.

El del 12 de mayo es el terremoto más grave que ha sufrido China en tres décadas, con más de 45 millones de afectados en el suroeste de China, y más de 15 millones de viviendas desplomadas.