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Chrysler y sus acreedores apuran las negociaciones para evitar la quiebra

EFE

Chrysler, sus acreedores y el Departamento del Tesoro estadounidense se apuran para llegar a un acuerdo antes de que acabe hoy el ultimátum dado por Washington al fabricante para que reestructure su deuda y operaciones o se enfrente a la quiebra.

Horas antes de que se agotase el plazo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el miércoles que se sentía "muy optimista" respecto a la posibilidad de que Chrysler pueda mantenerse como un fabricante de automóviles "viable".

Al mismo tiempo, el periódico Free Press de Detroit señaló que el Departamento del Tesoro ha mejorado su oferta a los acreedores de la compañía para que acepten canjear la deuda asegurada de la automotriz por dinero.

Chrysler debe a un consorcio de 46 bancos y fondos de inversiones 6.900 millones de dólares, cantidad que está asegurada con factorías y otros activos del fabricante.

El martes, el Departamento del Tesoro y un grupo de ese consorcio que representa el 70 por ciento de la deuda llegaron a un acuerdo por el que se canjearían los 6.900 millones de dólares por 2.000 millones en efectivo.

Pero una fracción de los acreedores se mostró reticente a aprobar el canje.

Según Free Press, ayer el Gobierno estadounidense aumentó la suma a 2.500 millones de dólares.

El periódico The Detroit News afirmó en su edición electrónica que Chrysler y Fiat anunciarán hoy la firma de su alianza, uno de los requisitos establecidos por Washington para seguir apoyando al primero y evitar su quiebra.

Pero otros medios de comunicación locales afirmaron que Bob Nardelli, consejero delegado de la automotriz estadounidense, será sustituido por un directivo de Fiat si la empresa se declara en quiebra.

The Washington Post dijo que en caso de quiebra, Chrysler recibirá 4.000 millones de dólares de las autoridades de Estados Unidos y Canadá para mantener sus operaciones durante la suspensión de pagos.

Una vez la nueva empresa salga de la suspensión de pagos, Washington proporcionará otros 5.000 millones de dólares para la compra de los activos rentables de la vieja Chrysler.

El accionariado de la nueva empresa estaría repartido entre el sindicato United Auto Workers (55 por ciento), Fiat (al menos un 35 por ciento), el Gobierno de EE.UU. (8 por ciento) y el de Canadá (2 por ciento).

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