China estaría "cómoda" con una Corea unificada, según los documentos de Wikileaks
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Una nueva filtración de cables diplomáticos obtenidos por Wikileaks muestra a una China dispuesta a aceptar una reunificación de Corea y cada vez más distanciada de su aliado norcoreano, visto desde Pekín como un "niño mimado".
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The New York Times y The Guardian, dos de los diarios internacionales que han accedido a los cables obtenidos por Wikileaks, publicaron hoy nuevos documentos referentes a Corea, días después que un ataque contra una isla surcoreana dejara cuatro muertos y agitara las relaciones entre la región y Estados Unidos.
Los cables revelan, por ejemplo, la opinión del viceministro de Exteriores surcoreano, Chun Yung-woo, de que una nueva generación de líderes chinos más jóvenes "estaría cómoda con una Corea unificada controlada por Seúl y anclada a Estados Unidos en una alianza benigna", según informa el New York Times.
Yung-woo dirigió esas declaraciones a la embajadora estadounidense en Pekín, Kathleen Stephens, tras un almuerzo oficial en febrero en el que el diplomático también predijo que la caída del régimen norcoreano sucedería "dos o tres años" después de la muerte de Kim Jong-Il.
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Esa información, enviada por Stephens a Washington en febrero, es una de las últimas que Wikileaks ha obtenido, con lo que los documentos no reflejan la escalada de acciones militares que Pyongyang ha emprendido en los últimos meses.
Sin embargo, sí muestran una creciente frustración de Pekín hacia el Gobierno norcoreano a partir de las pruebas nucleares que Kim Jong-Il emprendió el año pasado, y una preocupación generalizada por las consecuencias que tendrá la muerte del líder y por el impacto económico que puede tener la inestabilidad en la región.
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En abril de 2009, poco después del ataque de misiles que Corea del Norte disparó sobre Japón y hacia el Pacífico, el entonces viceministro de relaciones exteriores de China, He Yafei, manifestó las tensiones con Pyonyang en un encuentro con un funcionario estadounidense.
"Corea del Norte quería relacionarse directamente con Estados Unidos, y por eso actuó como un niño mimado para lograr la atención del adulto", dijo Yafei en el encuentro, según el cable difundido por The Guardian.
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En los meses siguientes, el viceministro hizo afirmaciones como "(Corea del Norte) no nos gusta, pero es nuestro vecino", y aseguró que Pyongyang trataba de ocultar información a Pekín sobre sus relaciones con Estados Unidos.
Los cables muestran también la voluntad china de volver al diálogo a seis bandas para la desnuclearización, en documentos como el enviado en junio de 2009 por el embajador de EE.UU. en Kazajistán, Richard Hoagland, quien aseguró que China consideraba la capacidad nuclear de su vecino "una amenaza para la seguridad mundial".
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Hoagland indicó, además, que Pekín "tiene esperanzas de una reunificación pacífica a largo plazo, pero espera que los dos países sigan separados a corto plazo".
En caso de un colapso del régimen, China considera que sería capaz de acoger hasta a 300.000 norcoreanos sin ayuda externa y valoraría la posibilidad de cerrar la frontera, según un cable que cita a un representante de una organización internacional.
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Los documentos, que suponen una nueva entrega en el goteo de los más de 250.000 cables diplomáticos que Wikileaks inició ayer, respaldan el discurso público de la mayoría de funcionarios estadounidenses y surcoreanos, que ven a Corea del Norte como una dictadura que vive los últimos estertores.
Sin embargo, la ausencia de informes de inteligencia impide conocer las estrategias de Estados Unidos al respecto, o los posibles planes militares en el caso de que Corea del Norte se desintegre.