Chicago, dividida por el viaje de Obama a Copenhague
Unos piensan que hay asuntos más relevantes de los que preocuparse. Otros, que las Olimpiadas fomentarán el empleo
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La decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de presionar en persona para que Chicago sea anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2016 ha sido recibida con esperanza y escepticismo . Algunos ciudadanos se cuestionan si no tenía cosas mejores que hacer.
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El viaje a Copenhague, anunciado el lunes, convertirá a Obama en el primer presidente estadounidense en ejercicio que asiste a una sesión olímpica.
Algunos habitantes de Chicago estaban tan divididos en cuanto a él como en cuanto a si el hecho de organizar los Juegos sería un programa lucrativo de empleo o un problema más.
"Creo que tenemos problemas más urgentes a los que enfrentarnos que los Juegos de 2016", se lamenta Brad Stotlar, de 37 años, un trabajador de la construcción en paro de un suburbio de Chicago.
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"La última vez que miré teníamos cifras de desempleo de dos dígitos en Illinois y preferiría que Obama solucionara eso a que viaje a Copenhague", abunda.
Otros se preguntan por qué Obama había tardado tanto en decidirse a ir a Dinamarca.
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Hasta el lunes, la primera dama Michelle Obama había sido oficialmente designada para viajar, y los asistentes del mandatario tenían a todos especulando sobre sus planes.
"Ha estado apoyando los Juegos; ¿por qué no hacer lo que otros líderes mundiales han hecho e intentar traerlos a casa?", se cuestiona Eliot Moskow, de 39 años, un gerente que estaba paseando a su perro cerca del Lago Michigan.
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"Estoy preocupada por que nos quedemos con una enorme deuda por esto durante años", dice una ciudadana
"Los Juegos traerán algo de atención mundial a Chicago, y espero que al final impulsen un poco la economía de la ciudad", añadió.
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También había preocupación entre los habitantes de Chicago por el coste que conlleva construir centros deportivos y una villa olímpica para los atletas si la ciudad gana, y temores de que los contribuyentes se vean afectados si los Juegos fracasan.
"Es bueno que Obama vaya a respaldar nuestra candidatura, pero lo que me gustaría saber es cómo vamos a pagar por todo esto", dijo Doris Pullman, una jubilada de 68 años que estaba de compras en un centro comercial suburbano.
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"Estoy preocupada por que nos quedemos con una enorme deuda por esto durante años", agregó.