Cerca de tres millones de peregrinos apedrean al diablo en La Meca
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Alrededor de tres millones de peregrinos musulmanes participaron hoy en La Meca en el ritual de lanzar piedras contra tres monolitos que simbolizan las tentaciones del diablo, en el tercer día de la peregrinación o "hach".
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El coronel Naser Al Nahari, uno de los dirigentes de la Defensa Civil que participa en la organización de la peregrinación, aseguró que los espacios consagrados al lanzamiento de las piedras acogieron cada hora a más de 300.000 personas.
Al Nahri apuntó, en declaraciones difundidas por la agencia oficial saudí SPA, que la Defensa Civil "proporcionó un total de 1.200 agentes equipados para que la operación de hoy se desarrollara en buenas condiciones".
Para garantizar la seguridad en esta etapa se ha construido una cuarta planta en el llamado "puente de Yamarat", a fin de evitar avalanchas humanas como las ocurridas en 2004 y 2006, que se cobraron cientos de vidas.
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Mientras tanto, las autoridades saudíes precisaron hoy que el numero de los peregrinos alcanzó este año un total de 2.921.717 y registró una alza del 5% respecto al 2010.
La Administración saudí de Censos Públicos y de Información informó de que dos tercios de esta cifra son peregrinos procedentes del extranjero, mientras que el resto son mayoritariamente inmigrantes residentes en Arabia Saudí.
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La etapa de hoy coincidió con la Fiesta del Sacrificio, una de las principales festividades islámicas, en la que los peregrinos sacrificaron un total de 749.000 cabezadas de ganado como marca la tradición.
Las reses han sido entregadas al Banco Islámico de Desarrollo para ser distribuidas a asociaciones de caridad que actúan en más de 27 países, informó a SPA el director de esa institución financiera, Ahmed Mohamed Ali.
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Tras el lanzamiento de las piedras al diablo que continuará mañana también, los creyentes se dirigirán a la "Kaaba" para dar siete vueltas alrededor de la misma.
La "Kaaba", un edificio cuadrado donde los musulmanes sitúan el centro del mundo, es para el islam la primera construcción en la Tierra y en su interior se guarda la "piedra negra", que los mahometanos consideran un pedazo desgajado del paraíso.
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Según la tradición islámica, sus cimientos fueron levantados por Adán y el edificio por Abraham, con la ayuda de su hijo Ismael, hijo de la esclava Agar, de quien los musulmanes se consideran descendientes.
Hasta el momento los llamamientos a la calma de las autoridades saudíes parecen haber sido escuchados por los peregrinos, que celebran sin incidencias el "hach", que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida, y es uno de los cinco pilares del islam.