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Cerca de 70.000 personas se manifiestan pese a la amenaza del Gobierno

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Cerca de 70.000 ciudadanos, encabezados por unos 30.000 monjes budistas, han tomado hoy de nuevo las calles de Rangún en un claro desafío a la Junta Militar de Birmania (Myanmar) que ha amenazado con poner fin a las protestas callejeras.

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A su paso pacífico por las calles del centro de Rangún, los manifestantes gritaban "democracia, democracia", mientras eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios, han indicado testigos a las emisoras de radio.

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Entre los participantes había unos 200 miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND) que portaban el brazalete de esta formación política que lidera Aung San Suu Kyi, la premio Nobel de la Paz que se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003.

También algunos participantes llevaban en alto imágenes con el pavo real, el símbolo de la LND, el único partido que resiste a la intensa presión del régimen militar.

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Mucha gente optó hoy por quedarse en sus casas por miedo a que el Gobierno militar ordenase a las tropas disolver por la fuerza las protestas callejeras.

Según testigos, vehículos militares cargados con soldados han sido estacionados en puntos estratégicos de Rangún y de otras localidades del país, como Mandalay, Kyauktada y Pabedan.

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Las autoridades han distribuido cuartillas en la que advierten a los manifestantes que se aplicará el Código Penal que autoriza la disolución por la fuerza, si es necesario, de cualquier asamblea ilegal y contempla el despliegue de los soldados del Ejército.

La prensa estatal birmana salió hoy a la venta con las órdenes de la Junta Militar que prohíben la participación en las movilizaciones callejeras y advierten en las primeras páginas a los monjes que deben obedecer a la jerarquía budista y regresar a los monasterios.

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Según el Ministerio de Asuntos Religiosos, solamente un dos por ciento de los miembros del monacato budistas participa en las manifestaciones que desafían a un régimen militar que gobierna el país desde hace 45 años.

La manifestación pacífica de hoy en Rangún comenzó, como viene ocurriendo desde el lunes de la semana pasada, con la congregación de los monjes en la pagoda de Shwedagon, en el casco antiguo, para orar.

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La afluencia de religiosos se produjo ante la presencia de varios camiones militares instalados en el exterior de Shwedagon y mientras otros vehículos con megáfonos recorrían la ciudad para advertir a la población de que las autoridades emprenderán acciones si se producen protestas, según la radio "Irrawady".

La víspera, unas 100.000 personas, muchas de ellas bonzos, participaron en Rangún en la mayor manifestación contra el régimen militar en 19 años, que fue secundada por movilizaciones similares en otras ciudades del país.

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Las protestas empezaron en agosto pasado, como consecuencia de la entrada en vigor de un aumento considerable de los precios de los combustibles, decretado por las autoridades, que disparó el coste de algunos productos básicos.

Lo que surgió el 19 de agosto como manifestaciones políticas organizadas por la LND y la Generación de Estudiante del 88, se transformó en septiembre en marchas pacíficas de monjes budistas, después de que varios bonzos fuesen golpeados y maltratados por la policía en una protesta.

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Miembros de la LND instaron ayer a los funcionarios y a los soldados a unirse a los manifestantes para democratizar Birmania y liberarla del yugo de los militares.

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