CCM sigue bajo gestión del Banco de España un año después de su intervención
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Un año después de ser intervenida por el Banco de España, Caja Castilla La Mancha (CCM) continúa bajo la gestión del supervisor y a la espera de que todo su negocio financiero se integre dentro del grupo Cajastur, en una operación autorizada ya hace casi cinco meses.
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Esta intervención, en medio de la crisis financiera y cuando la economía española estaba a punto de empezar su contracción, fue la mayor realizada desde la de Banesto en 1993 y se interpretó como una advertencia del supervisor para que las entidades en apuros solventaran sus problemas para no acabar igual.
A diferencia de otras "uniones" entre cajas, la de CCM con Cajastur no requerirá recursos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) -en vigor hasta el 30 de junio-, sino que bastará con 1.300 millones de euros del Fondo de Garantía de Depósitos de las cajas, que se nutre de aportaciones de estas entidades.
Para que Cajastur pueda traspasar a su Banco Liberta el negocio financiero de CCM se requerirá un cambio en la ley de cajas asturiana, por lo que previsiblemente la operación se retrasará aún más.
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Las fuentes del sector consultadas por Efe creen que es "otro ejemplo" de que la reordenación del sistema financiero no se puede hacer según un calendario fijado por el Gobierno o el Banco de España, sino que cada caso tendrá sus propias fechas.
Cuando CCM fue intervenida, Unicaja estudiaba una posible fusión con la caja castellano-manchega que presidía el socialista Juan Pedro Hernández Moltó, destituido después de que el supervisor tomase el último domingo de marzo de 2009 las riendas de la entidad.
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Pocos días después, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, advertía de que había que estar preparados para emplear más recursos públicos en reestructurar entidades de pequeño o mediano tamaño.
Sus declaraciones encendieron las alarmas porque se pensó que hablaba de nuevos rescates, pero el Gobierno matizó que si hubiese intervenciones serían "limitadas y asumibles".
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El entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, descartó la recapitalización general del sistema financiero, aunque sí admitió que veía "acciones puntuales", en alusión a ciertas cajas.
Con Elena Salgado como sustituta de Solbes, el Congreso aprobó el real decreto ley con el que se facilitaba hasta 9.000 millones a CCM para garantizar que la entidad siguiera cumpliendo sus obligaciones.
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Mientras tanto, el Banco de España abría un expediente sancionador a una veintena de antiguos consejeros de CCM y, en verano, emitía un informe en el que detectaba "infracciones muy graves" en la entidad, para proponer más tarde inhabilitar 5 años y multar con 155.000 euros a Hernández Moltó, entre otros consejeros.
La caja había perdido 740 millones en 2008 y 138,5 millones en la primera mitad de 2009, cuando tenía casi 3.500 millones de activos dudosos, que dispararon su morosidad hasta el 17,33%.
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Su negocio y su amplia red de sucursales seguían siendo interesantes para al menos media docena de cajas, que en octubre se interesaron por hacerse con CCM.
En las quinielas aparecían entre otras Ibercaja, Unicaja, BBK y Cajastur, siendo la propuesta de esta última la aceptada por el supervisor en noviembre, a pesar de que proponía absorber la entidad con el traspaso del negocio financiero a un banco, propiedad de la caja asturiana.
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De ahí los recelos del PP, y también de IU y los sindicatos, que advertían de la desnaturalización de la caja y cuestionaban si sería necesario una reforma legislativa, que Salgado no veía necesaria.
Mientras, algunas cajas iniciaron procesos de fusión y otras los estudian, aunque ninguna ha llegado a materializarlos.
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Entre éstos destaca la unión de Caja España y Caja Duero y la fusión de Unicaja con Caja Jaén y CajaSur en Andalucía.
Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu avanzan en su integración, al igual que Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, así como Caixa Penedés y Laietana.
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En cuanto a las "fusiones frías", el grupo Banca Cívica, creado por Caja Navarra y CajaCanarias, va suscitando el interés de otras entidades que han estudiado unirse a él, como Caja Burgos, Ávila, Segovia o Sa Nostra.
El Banco de España ya ha aprobado los planes de integración de las cajas catalanas (Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona, por un lado, y Manlleu, Sabadell y Terrasa, por otro) y el de Caja Duero y Caja España.
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CCM arrojará en 2009 pérdidas por unos 550 millones, un 25 por ciento menos con respecto al ejercicio anterior, cuando fueron de 740 millones, según informaron a Efe fuentes financieras.