MADRID.- La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha asegurado hoy que el vicepresidente de la multinacional china Wanda le ha confirmado que el grupo tiene intención de quedarse en Madrid y desarrollar su proyecto para el edificio España, el histórico rascacielos ubicado en la plaza de España, tras los desacuerdos con el consistorio por las reformas del edificio para convertirlo en un centro comercial y hotel de lujo.

La regidora ha señalado a los medios que ahora trabajan para "establecer una nueva ronda de negociaciones" durante una visita a Coslada, donde se encuentra el Almacén de la Villa, donado por la ciudadanía para los refugiados, y donde ha aclarado que el encuentro con el vicepresidente del Grupo se ha producido este martes de 9.15 a 11 horas.

Según la alcaldesa, Wanda va a estudiar los flecos que le faltan por resolver con el Ayuntamiento para la reforma del edificio tras asegurar que tiene voluntad de quedarse con el mismo.

De esta manera ha negado las informaciones que hablaban de un encuentro el pasado domingo con la alcaldesa que habría servido de despedida porque el Grupo Wanda habría decidido abandonar el proyecto del Edificio España.

Preguntada por esta reunión, ha sido tajante: "Qué va, se quedan. No hubo reunión ninguna, se ha producido hoy", ha indicado Manuela Carmena, quien ha asegurado que "cuesta muy poquito" confirmar "esas noticias". Además ha aclarado que el vicepresidente le ha entregado una carta del presidente del Grupo, Wang Jianlin.

La alcaldesa ha explicado que se va a "volver a negociar" y para ello se va a establecer "una nueva ronda de negociaciones". "Ellos están encantados de quedarse y nosotros de que se queden", ha sentenciado.

Manuela Carmena ha asegurado que el grupo Wanda le ha informado de que firmaron un convenio en París, "y algo en Londres y Nueva York; y no quieren que Madrid se quede fuera".

A inicio de febrero, el grupo chino Wanda decidió poner a la venta el edificio, que adquirió en el verano de 2014 al Banco de Santander por 265 millones de euros, ante las diferencias con el Ayuntamiento sobre el proyecto de reforma.

En los meses precedentes, empresa y Gobierno municipal mantuvieron un desencuentro sobre la protección del edificio: la empresa quería desmontar la fachada de poniente y los laterales y luego reconstruirla; mientras que la corporación exigía mantenerla intacta por su valor histórico y simbólico para la ciudad.