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Las cajas ven difícil acudir todas al mercado

Algunos analistas creen que serán compradas por bancos

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Las cajas de ahorros españolas, esa peculiaridad del sistema financiero a la que se aisló durante años del ansia de crecimiento de los bancos para que estos no contaminasen su función social, se revolvían ayer por la tarde sin saber qué postura tomar. Las palabras de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, sonaban a sentencia de defunción del modelo pero, en lugar de inmediata como se había especulado, con temporizador.

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En un comunicado a última hora de la tarde, la patronal del sector, la CECA, valoraba positivamente la noticia de que el Gobierno vaya a respetar que cada caja elija la fórmula que prefiera para capitalizarse. Pero fuera de la luz de las comillas oficiales, fuentes del sector reconocían que lo anunciado ayer equivale a que tienen que convertirse en bancos sí o sí, o competir en desigualdad de condiciones.

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El Gobierno no dijo ayer ni cuánto capital más les va a exigir por el supuesto pecado (en otros tiempos virtud) de no cotizar, no tener un peso importante de accionistas privados o depender demasiado de los mercados mayoristas para financiarse. Les ha dicho que les va a exigir más que a los bancos, pero no cuanto.

Pero además, a los bancos españoles ya se les va a exigir más que al resto de entidades europeas, ya que estas no tendrán que cumplir hasta 2013 con los mismos requisitos de solvencia (8% de activos de primer nivel sobre el total de activos ponderados por riesgo) que ahora se anticipan para las españolas.

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Esto significa, explicaban ayer a Público fuentes de las cajas, que "un buen puñado de bancos que no alcanzan hoy esos requisitos y la mayoría de las cajas de ahorros van a estar obligadas a capitalizarse", a salir a pedir dinero todos a la vez, "estando los mercados como están". Buscar a inversores que aún no terminan de confiar en España y su sistema financiero. "O el mercado se ensancha mucho o vamos a tener un problema", comentaban las citadas fuentes, que no terminaban de entender "por qué se da seis meses al proceso si es tan urgente solucionar la situación del sector".

Hay quien tiene una hipótesis sobre qué está pasando y a quién puede beneficiar. Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, considera que "se va a obligar a las cajas a que se capitalicen a través del mercado y esto las hará desaparecer" en un "proceso de concentración" que las dejará en manos de los bancos. Al menos de los más fuertes, lo que alimentará un problema: "Esos bancos muy grandes para caer van a ser cada vez más grandes".

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Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga, recordaba ayer que "esto ya ocurrió a finales de los ochenta en Estados Unidos con los savings and loan", una suerte de entidades similares a las cajas que daban crédito y captaban depósitos. "Primero se bancarizaron y luego progresivamente se fue uniendo la banca de inversión y la comercial". Esa contaminación de ambas fue el germen de la crisis actual. "No hemos aprendido nada de los desastres ocurridos en otros lugares", comenta Montero. "El poco margen que teníamos en España en materia de política financiera dejamos que se decida en función de los mercados. No ha habido el más mínimo margen de discusión política. Ni se ha planteado usar la red de las cajas para constituir una red de instituciones financieras públicas que solucionase la actual situación de congelación del crédito a ciudadanos y a empresas", añade.

En esa línea, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, exigió la intervención de las cajas para convertirlas en banca pública y que pueda fluir el crédito a pymes, autónomos y familias, aparte de evitar que futuras crisis de la banca puedan arrastrar al Estado, como cree que está sucediendo ahora, informa Efe.

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