Los retratos de todos los los expresidentes de Caja Madrid cubren las paredes de la sala de juntas de la antigua sede de la caja. Todos menos dos: el de Rodrigo Rato, que nunca llegó a realizarse, y el de Miguel Blesa, que lleva años en el sótano de la vieja sede, aunque costó 159.000 euros a la entidad rescatada con dinero público.

De hecho, en el cuartel general de Bankia aseguran desconocer el paradero del cuadro, obra de la retratista Carmen Laffón, que en su día también pintó al monarca Juan Carlos de Borbón y a la reina Sofía.

Caja Madrid acostumbraba a gastar decenas o cientos de miles de euros en los retratos de sus presidentes

'Creo que Blesa ni siquiera llegó a verlo terminado, dimitió antes', asegura a Público Laffón. La artista explica que una persona de su confianza entregó el cuadro en la antigua sede de la entidad intervenida, en la céntrica plaza Celenque, donde cuatro años después sigue guardado en el sótano, junto a otras obras de la importante colección de la caja. 'No he vuelto a tener relación con Caja Madrid desde entonces', apunta la autora.

Desde la Fundación Caja Madrid aseguran que la entidad pagó 159.000 euros por el cuadro, pero no son capaces de explicar porqué el retrato 'fantasma' de Blesa nunca llegó a estar colgado en la sala de juntas, junto al de los otros presidentes del banco, y aseguran desconocer si ha sido expuesto en alguna ocasión en cualquier otra parte, si ha llegado a salir del sótano.

Como también ocurre en el Congreso de los Diputados, la antigua Caja Madrid acostumbraba a encargar retratos de todos los que llegaron a sentarse en el sillón de presidente, gastando decenas o cientos de miles de euros en estas obras.

Esta semana, Miguel Blesa volvió a acaparar portadas por el escándalo de las tarjetas 'fantasma' con las que varios cargos de la entidad intervenida gastaron más de 15 millones de euros. En concreto, el expresidente de la ruinosa entidad bancaria y amigo de José María Aznar gastó 436.700 euros entre los años 2003 y 2012 ; una cifra que le ha permitido ganarse uno de los primeros puestos en la lista de quienes más abusaron de estas tarjetas.