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Botín pide todo el poder para el Banco de España

Quiere que gestione la reestructuración financiera sin interferencias políticas

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Las peticiones de Emilio Botín, uno de los hombres más poderosos de España, siempre tienen eco y por eso no suele repetirlas. Pero este viernes tenía especial interés en que se oyera su exigencia de cómo debe reestructurarse el sistema financiero español y, por eso, la repitió en dos ocasiones, para que tomen nota los gobiernos central y autonómico.

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El presidente de Banco Santander no quiere a políticos tomando decisiones sobre quién debe fusionarse con quién, quién será intervenido y quién recibirá ayudas. "El Banco de España debería tener en este proceso plena capacidad para actuar sin interferencias políticas", dijo Botín en su discurso ante la Junta de Accionistas celebrada en Santander. El mensaje iba principalmente dirigido a los gobiernos autonómicos, que se niegan a perder el poder de veto sobre las fusiones interregionales de las cajas de ahorros o la compra de sus activos. El Gobierno quiere salvar este obstáculo dejando en suspenso la ley de cajas cuando haya ayudas públicas, pero las autonomías están defendiendo su poder con uñas y dientes.

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Botín abogó por hacer las intervenciones con anticipación, caso por caso y con un plan de reestructuración de la entidad que reciba ayudas. Y ese proceso, defendió, debe estar promovido y tutelado por el Banco de España. Para el banquero, lo ideal sería -igual que sostiene el presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín- que a cualquier caja que reciba ayudas se la obligue a fusionarse con una entidad sana.

En el plano internacional, Botín se mostró contrario a que se cree un supervisor único supranacional (podría ser el BCE) porque "puede crear una lejanía poco aconsejable entre supervisor y supervisado".

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A pocos metros, el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, coincidió en un curso de la UIMP en que deberá ser obligatorio reestructurar una entidad después de rescatada, pero no precisó si sólo por la vía de las fusiones. Anunció, además, que el supervisor estudia moderar las provisiones crediticias.

En línea con la visión de Botín y Aríztegui, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar , calificó de "inaceptables" los "pretendidos" vetos de los gobiernos autonómicos a las operaciones de concentración de entidades.

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Aznar, que participó en una conferencia organizada por la patronal madrileña CEIM, añadió que "no es de recibo" que los directivos "incompetentes" que han provocado la insolvencia de una entidad permanezcan en sus puestos, ni que reciban ayudas aquellas entidades financieras que no cambien a sus equipos directivos, informa Ep

"Este año [2008] ganaremos 10.000 millones de euros". Esa fue la promesa que hizo Emilio Botín en la Junta Ordinaria del año pasado. Después tuvo que conformarse con 8.876 millones por las elevadas dotaciones que decidió hacer y por las sorpresas de Lehman y Madoff. Pese a su desatino del año pasado, el banquero volvió a atreverse a hacer una predicción de ganancias para este año. Prometió a los accionistas que el beneficio ordinario será, al menos, igual que esos 8.876 millones. El definitivo puede ser muy diferente porque los extraordinarios pueden jugar a favor o en contra.

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Repite el dividendo

Además, se comprometió a repartir los mismos 4.812 millones de dividendo del año pasado. Eso supone entregar menos a cada accionista porque después de las ampliaciones de capital hay más títulos entre los que repartir. Pese a esta confianza en los resultados, Botín reconoció que este año va a ser “muy difícil” aunque el consejero delegado, Alfredo Sáenz, admitió que las cosas pueden ser menos malas de lo que esperaban a principios de año. Por ejemplo, para la morosidad calculaban que alcanzarían el 4,5% al cierre del ejercicio y ahora confían en situarse en el 3,5%.

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