El beso de Casillas da la vuelta al mundo

Después de que Iker Casillas fuera nombrado ayer mejor jugador del partido por sus dos paradas ante Arjen Robben, pocos son los que se atreven a criticar el beso posterior que le dio a Sara Carbonero en directo.

Hace ahora casi un mes, cuando España comenzó la andadura en el Mundial de Suráfrica, la presentadora de Telecinco entrevistó al capitán de la selección. Aquello generó un revuelo en la prensa británica que acusó a ambos de falta de profesionalidad y se culpó a Casillas por la derrota.

Ayer, entre lágrimas, Casillas hizo lo que posiblemente cualquier persona en este planeta habría hecho al ganar un Mundial y la prensa internacional lo recogió con normalidad. "El capitán de la selección española celebró la victoria plantando un beso a su novia delante de millones de espectadores [...] San Iker silenció a sus críticos con un gesto muy enérgico", dice The Guardian.

El Daily Mail, uno de los que alimentó la polémica, resumió la jugada de casillas fotograma a fotograma. "Después de levantar el trofeo, está todo perdonado. Casillas agarró a su novia y la besó en directo. El apasionado beso vino después de que el portero rompiera a llorar y Carbonero tratara de calmarlo".

Con más sorna se lo tomaron en Le Monde, que titularon la información haciendo un juego de palabras: "Casillas embrasse la victoire à pleine bouche", es decir, "Casillas abraza/besa la victoria a lo grande". El diario francés compara el "fogoso intercambio en directo" con la declaración de amor del ex seleccionador galo Raymond Domenech después de la eliminación de Francia en la Eurocopa de 2008. Domenech pidió matrimonio a su pareja en directo en aquellaocasión.

El diario italiano La Gazzetta dello Sport habla de "Amor y pasión en directo. El capitán de la selección española no puede controlar la emoción y besa a su novia reportera en directo".   

Por último, el episodio ha llegado hasta The New York Times, que en un post de uno de sus blogs defiende que Casillas "sellara el Mundial con un beso", criticando la absurda polémica creada por la prensa británica.