Berlusconi acelera para aprobar el nuevo plan de ajustes
Según 'Il Cavaliere' los recortes serán de 20.000 millones en 2012 y de otros 25.000 en 2013. Las rentas más altas pagarán más impuestos
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Después de una jornada marcada por las críticas contra el ministro de Economía, Giulio Tremonti, por su poca claridad a la hora de explicar el nuevo plan de ajustes que prepara el Gobierno italiano para adelantar la consecución del déficit cero a 2013, el primer ministro Silvio Berlusconi, ha convocado un Consejo de Ministros para esta tarde en el que podría anunciarse el carácter definitivo de los recortes.
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Il Cavaliere, después de una reunión con los representantes de regiones, provincias y ayuntamientos, ha confirmado que la maniobra será de 20.000 millones de euros en 2012 y de 25.000 en 2013. Además, ha adelantado que el Gobierno piensa recortar 6.000 millones de euros a los ministerios y 15.000 a la clase política.
Berlusconi y Tremonti mantuvieron un largo encuentro anoche con su socio de Gobierno, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, que se había mostrado muy crítico con el titular de Economía. Bossi aseguró que las medidas anunciadas ayer ante las comisiones de asuntos constitucionales y económicos de Senado y Parlamento no le habían convencido.
Las principales diferencias dentro del Ejecutivo italiano se centran en el impuesto del 20% que Tremonti había previsto para las rentas provenientes de movimientos financieros, las medidas dirigidas a aumentar la edad de jubilación y más impuestos a los sueldos que superen los 90.000 euros. Bossi es contrario a los dos últimos puntos, pero según informan los medios italianos, tras la reunión de ayer, el único fleco pendiente sería lo referente a las pensiones.
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De hecho, Berlusconi ha asegurado que sí habrá lo que se ha denominado como "impuesto de solidaridad". Según la información que han adelantado los periódicos, se trataría de una subida del 5% del Irpf a los que cobren 90.000 euros o más, y del 10% a los que superen los 150.000 euros. Quedarían exlcuidos los funcionarios que superen esas cifras ya que dede agosto se les está aplicando una tasación especial.
Tremonti ayer dio unas líneas generales en las que además de la modificación del artículo 81 de la Constitución para incorporar la obligatoriedad del equilibrio presupuestario, dibujó un plan basado en la liberalización y privatización de los servicio públicos locales, mayores facilidades en el despido y la contratación y un agrupamiento de los días festivos en los domingos para aumentar la productividad.
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Estos puntos irían dedicados a promover el crecimiento económico, algo obligatorio para Italia cuya deuda pública volvió a subir este mes a los 1.901,9 billones de euros según anunció el Banco de Italia, lo que significa un 120% respecto al PIB.
Lo que no dijo Tremonti, y que provocó las críticas de la oposición, es lo que todo el mundo está esperando: los recortes sociales y los impuestos que más van a afectar a las clases menos favorecidas. Pese a que los medios han ido especulando con una serie de medidas en las últimas semanas, el ministro se mantiene en silencio sabedor de que la maniobra de ajuste va a ser dolorosa y creará una corriente contraria en la opinión pública.
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Del Consejo de Ministros de esta tarde podría salir el texto inicial de los ajustes y el proyecto de ley para modificar la Constitución. El siguiente paso será someterlo a votación en Parlamento y Senado, con toda probabilidad el día 16.
Pero también es muy probable que ni siquiera hoy Tremonti dé números, como ya hiciera en julio cuando se aprobaron recortes por 48.000 millones de euros más otros 30.000 provenientes de una reforma fiscal y asistencial, que no convencieron ni a los mercados ni al Banco Central Europeo.
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El BCE obligó a Italia a corregir su maniobra a principios de este mes a condición de comprar títulos de Estado y contener así los ataques especulativos que han llevado a la prima de riesgo italiana a superar a la española