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Benedicto XVI: "No regreso a la vida privada"

"No me he sentido solo a la hora de llevar la alegría y el peso del ministerio petrino" han sido sus últimas palabras como pontífice

 

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Benedicto XVI ha asegurado que su renuncia al papado no significa que vuelva a la vida privada, ya que cuando aceptó ser papa sabía que "esa aceptación significa vivir para siempre para el Señor"."Mi decisión de renunciar al ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005 (cuando fue elegido papa). No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias, etc. No abandono la cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro", afirmó en su última audiencia como papa

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"No me he sentido solo a la hora de llevar la alegría y el peso del ministerio petrino". Esas han sido las últimas palabras que Benedicto XVI ha pronunciado como pontífice en la audiencia que se celebra en la plaza de San Pedro del Vaticano durante el último acto público antes de dejar de ser papa este jueves.

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En medio de una gran ovación, el papa Benedicto XVI entró en la plaza de San Pedro del Vaticano en el papamóvil, donde le esperaban decenas de miles de fieles de todo el mundo que no han cesado de corear "Benedicto", "Benedicto" y "viva el papa", mientras aún ondean banderas de numerosos países, entre ellos la española y latinoamericanas. Según fuentes del ayuntamiento de Roma, los congregados  superan los 150.000.

Una multitud a la que Benedicto XVI agradeció su presencia de fieles en esta última cita con ellos y por la que se siente "conmovido". "Estoy conmovido, veo a la Iglesia que está viva", dijo el papa al principio de la audiencia, en medio de los aplausos.

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La ciudad de Roma, de la que es obispo, se ha volcado con el Pontífice y todas las parroquias están presentes en la plaza vaticana. También asisten numerosos cardenales venidos ya para el próximo cónclave: arzobispos, obispos y cientos de sacerdotes, miembros del Camino Neocatecumenal, de los Focolares y otros movimientos católicos.

También asisten algunas personalidades políticas, como el presidente de Eslovaquia, Ivan Gasparovic, y los capitanes regentes de San Marino, y el copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives, personalidades a las que saludará después, en privado, en la sala Clementina del palacio apostólico.

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Ratzinger ha reconocido que durante sus ocho años como representante de dios en la Tierro, ha tenido "momentos difíciles", "días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir", afirmó durante su última audiencia.

"Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya y no la deja hundirse. Es él quien la conduce, por supuesto, a través de los hombres que ha elegido. Esta es una certeza que nada puede ofuscar y es por ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no me ha hecho faltar a toda la Iglesia y también su consuelo, su luz y su amor", añadió.

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