BBVA decide quedarse fuera del banco malo, frente al resto de la gran banca
El resto de las entidades y las grandes aseguradores aportarán hasta 2.000 millones de capital para la entidad que gestionarán los activos tóxicos del ladrillo
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BBVA, el segundo mayor banco de España, no se unirá a la mayoría de sus competidores nacionales en la inversión de hasta 2.000 millones de euros para el espaldarazo del conocido popularmente como banco malo, dijeron el martes cuatro fuentes con conocimiento de la operación. Tras una ronda de encuentros del ministerio de Economía y el Banco de España, la mayoría de los bancos han aceptado aportar fondos a la Sareb (sociedad de reestructuración de activos procedentes de la reestructuración bancaria, como se llama oficialmente el banco malo) en función de sus cuotas de mercado, aunque no han podido convencer de las supuestas bondades del proyecto a BBVA.
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Un portavoz de BBVA no quiso hacer comentarios, como tampoco lo hicieron en el ministerio de Economía ni el Banco de España. El Gobierno pretende que el banco malo, con un capital previsto de 5.000 millones de euros, tenga mayoría de capital privado para evitar que la inversión compute en el déficit público. "Los bancos sanos además de Ibercaja, Popular y algunos otros bancos más pequeños aportarán en torno a 2.000 millones de euros a repartir según su cuota de mercado teniendo en cuenta que BBVA no va a participar", dijo una de las fuentes que participó en las conversaciones entre los bancos y el Gobierno y que añadió que compañías aseguradoras y otros inversores privados nacionales e internacionales aportarían otros 500 millones de euros.
Según los acuerdos preliminares desvelados por las fuentes, Santander y Caixabank serán los principales contribuidores al vehículo, con aportaciones de entre 600 y 700 millones de euros cada uno, mientras que Sabadell y Popular invertirán entre 250 y 300 millones de euros, dijeron dos fuentes con conocimiento de las negociaciones. Ni Santander, ni Caixabank, ni Sabadell ni Popular quisieron hacer comentarios a la información.
El banco malo tendrá inicialmente activos en torno a 45.000 millones de euros aportados por los cuatro bancos nacionalizados y debe estar operativo antes de que acabe el año. Adicionalmente, la previsible incorporación de activos de otras entidades que soliciten ayudas públicas, elevaría el balance hasta unos 60.000 millones de euros, según previsiones del Gobierno.
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La creación del banco malo fue una de las condiciones impuestas por la Comisión Europea para aprobar la ayuda de hasta 100.000 millones de euros para la enésima reestructuración del sistema bancario español. Está previsto que el miércoles el FROB reciba el primer desembolso europeo de 39.500 millones de euros, 2.500 de ellos para la Sareb.
El fondo de rescate permanente de la eurozona transfirió hoy a España títulos por valor de 39.468 millones de euros para financiar el rescate a los cuatro bancos españoles nacionalizados y la inyección al llamado banco malo. "Las letras y los bonos se han transferido hoy a España", señalaron a Efe fuentes de la eurozona. El Gobierno español espera que la transferencia esté mañana miércoles en Madrid, tal y como estaba previsto, señalaron por su parte fuentes del Ministerio de Economía.
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El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) emitió el pasado día 5 dos series de letras y tres series de títulos con un tipo de interés variable con vencimientos de entre dos meses y tres años que transfirió hoy al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), después de que la eurozona diera luz verde al desembolso. El FROB utilizará 36.968 millones de euros para recapitalizar los cuatro bancos nacionalizados: Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa y Banco de Valencia, y los restantes 2.500 millones para capitalizar la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocido como el banco malo. Bankia necesita capital por 17.960 millones, Novagalicia por 5.425 millones, CatalunyaCaixa por 9.084 millones y Banco de Valencia por 4.500 millones.
A cambio de estas ayudas millonarias, la CE obliga a esos bancos a acometer hasta 2017 reestructuraciones "muy importantes y muy exigentes", que en todos los casos -con excepción del Banco de Valencia- les obliga a reducir su balance en más del 60 % en los próximos cinco años. La red de sucursales se reducirá a la mitad en los próximos cinco años en comparación con 2010 y tras las medidas aplicadas, la relación entre préstamos y depósitos se situará en torno al 100 %, salvo en el caso de Novagalicia, en que será inferior. Esta caja y CatalunyaCaixa serán vendidas antes de 2017 y en caso de no encontrar comprador, España tendrá que liquidarlas.
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Tras la aprobación el 28 de noviembre de los planes de reestructuración de los bancos nacionalizados por parte de la Comisión Europea, el siguiente paso es el visto bueno de Bruselas a los programas del denominado grupo 2 o los bancos no nacionalizados pero que necesitan ayuda pública. Así, BMN, Liberbank, Caja3 y CEISS conocerán su futuro el próximo 20 de diciembre. Estas entidades recibirán el dinero "a principios del próximo año", según dijo en el último Eurogrupo el presidente del MEDE, Klaus Regling. Según el ministro español de Economía, Luis de Guindos, este grupo requerirá menos de 1.500 millones de euros.