Barones y dirigentes del PP hacen autocrítica sin asumir del todo la pérdida de votos
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Se les esfumaron 2,6 millones de votos (casi un 20%), ocho escaños y, si en lugar de unas elecciones europeas, se hubiera tratado de unas generales o autonómicas, el PP también habría perdido su cómoda mayoría absoluta . Pero, lejos de asumir el varapalo, tanto el cabeza de lista del PP, Miguel Arias Cañete, como la secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, como otros miembros del partido, entendieron su ajustada victoria (16 escaños frente alos 14 del PSOE) como la confirmación del apoyo de los ciudadanos a las políticas del Gobierno .
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Sin embargo, otros dirigentes conservadores -que hoy han acudido al Comité Ejecutivo que preside Mariano Rajoy en la sede nacional del partido- sí se han atrevido a hacer autocrítica. "Está claro que PP y PSOE han sido los grandes heridos en estas elecciones", reconoció la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, alarmada por el crecimiento de los "partidos anticonstitución". "En otras elecciones prácticamente tenían cantidades muy pequeñas, pero en esta ocasión los abiertamente republicanos como IU y Podemos o los que son separatistas suman nada menos que el 38% de los votos", especificó antes de entrar al edificio de la madrileña calle Génova.
"Es enormemente preocupante y eso nos obliga a hacer una reflexión muy profunda. Yo creo que la clave está en volver a acercar a los representantes políticos a los ciudadanos, por una parte, y, por otra, tenemos que hacer un debate ideológico que muchas veces no se hace", agregó la expresidenta de la Comunidad. Su sucesor en el cargo, Ignacio González, prefirió no hacer declaraciones antes de la reunión.
Quien también opinó que lo que toca ahora es "hacer un ejercicio de reflexión" fue el presidente de la Comunitat Valenciana, Alberto Fabra, consciente de que los españoles "no han entendido los esfuerzos que el Gobierno les ha pedido". Para su homólogo en Illes Balears, José Ramón Bauzá, el PP debe también "seguir trabajando". Más explícito fue el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, que reconoció el "derecho de los ciudadanos a protestar, sobre todo, cuando se les hace daño". Por ello, instó a sus compañeros de formación, también, a "hacer autocrítica".
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Quien asumió media victoria con una autocrítica a medias fue Alicia Sánchez-Camacho. La líder del PP catalán abogó por "analizar lo sucedido y trabajar para recuperar confianza de los españoles" pero también insistió en que, al fin y al cabo, es el PP quien ha ganado. "Hemos ganado y este partido va a seguir recuperando la confianza de los españoles", sentenció rotunda.
Asimismo, Sánchez-Camacho negó también otra realidad: la del cambio de panorama en su comunidad, que por primera vez desde 1936 dio la victoria a ERC como primera fuerza política. De hecho, no quiso hacer una lectura de estos resultados en clave de apoyo a las tendencias soberanistas. "ERC y CiU, sumados, dan 1,2 millones de votos. En Catalunya hay 7,5 millones de ciudadanos, por lo que no se pueden trasladar lecturas equivocadas", zanjó.
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Tampoco agachó la cabeza cuando una periodista le recordó la pérdida de votos de la formación que lidera en su región (de 708.888 en 2009, a 245.295, en 2014). "El PPC, dentro de lo ocurrido en toda España, ha perdido puntos pero por debajo de la media", se defendió. Y, aunque asumió que debe "seguir trabajando" por la pérdida de 100.000 votos, también se mostró "convencida de que eso no ocurriría en unas generales o autonómicas". "Donde se ha producido el gran desplome es en el partido socialista y en otras formaciones minoritarias", atacó también.
Aun así, ofreció alguna de sus fórmulas de "trabajo duro" para voler a recuperar la confianza de catalanes y españoles . ey para ello hay que trabajar duro. "Hay que trasladar el mensaje de que al final las reformas económicas van a dar resultado a partir de este año y de que somos un partido de Gobierno serio y que lo necesitan los españoles no es una fragmentación en partidos pequeños o una abstención", agregó Sánchez-Camacho. "La democracia es ir a votar; en una democracia madura no puede ser que la abstención haya sido nuestro principal adversario", lamentó. Y, de nuevo, volvió la autocrítica: "Eso es culpa de los partidos y, por tanto, debemos trabajar para recuperar esa confianza", concluyó.