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El barco medieval hallado en Barcelona se desmonta para su traslado y restauración

EFE

Los restos del barco medieval hallado hace unas semanas en una excavación en el barrio de la Barceloneta, en una zona que en el siglo XIII fue mar, viajarán entre hoy y mañana, numerados y desmontados como un puzzle, hasta el Centro de Arqueología Subacuática de Girona, donde serán restaurados.

Los concienzudos trabajos de desmontaje manual y "pieza a pieza" de cada uno de los elementos de esta nave de origen atlántico -de la que se conserva un casco de unos seis metros de largo y tres de ancho- han resultado más complicado de lo previsto por el equipo de arqueólogos, ya que los tablones tenían una sujeciones muy fuertes.

El barco, que según las primeras estimaciones debió de hundirse entre los siglos XIII y XIV, fue encontrado a unos siete metros por debajo del nivel del mar en unos terrenos donde se está construyendo un aparcamiento, junto al Baluard del Migdia, punto en el que apareció boca abajo el casco de madera de esta nave, que demuestra que Barcelona mantenía ya entonces relaciones no sólo con puertos del Mediterráneo, sino también del Atlántico.

El director del servicio de Arqueología del Museo de Historia de Barcelona, Ferran Puig, ha explicado a Efe que cada una de las piezas de madera del barco (las cuadernas y las tracas que conforman el casco) están siendo envueltas, manteniendo el necesario grado de humedad para su traslado, tras su documentación gráfica.

"Es un proceso que está necesitando de mucha gente y de mucha paciencia para que no se rompa nada", ha indicado Puig, quien señala que el principal riesgo en este tipo de operaciones es "no cometer errores irreversibles" y hacer compatible la "celeridad con la seguridad".

La nave está construida con el sistema denominado tingladillo -habitual de todo el perfil atlántico, desde Portugal a Escandinavia- y aunque su origen exacto no se ha podido determinar, se espera poder obtener datos reveladores por medio del Carbono 14.

Los restos llegarán a Girona por carretera, y allí se tratarán en inmersión en unas bañeras de acero, con agua a una temperatura de unos 60 grados, primero para su desalado, a la que más tarde se le añadirán resinas para estabilizar la madera del casco -en un proceso que durará 3 ó 4 años- para a partir de ahí poder remontarlo.

"Cuando todo esto sea una realidad se montará en el Museo de Historia de la ciudad, donde se convertirá en una de las piezas principales de las colecciones de la época medieval", ha explicado Puig, quien recalca la singularidad de este tipo de hallazgos "tierra adentro".

Las tareas las están realizando los equipos de arqueólogos y restauradores de las empresas ABC y Codex, del Museo de Historia de la Ciudad y del Centro de Arqueología Subacuática de Girona.

Puig confía en que la investigación que se lleve a cabo en los próximos meses permita desarrollar una recreación infográfica virtual del conjunto de la nave, ya que ahora no se sabe si la zona del casco hallada pertenece a la proa o la popa, "un asunto que tendrán que determinar los expertos navales".

Los restos del barco se encontraron en los antiguos terrenos de Cercanías Renfe, donde la empresa Sacyr Vallehermoso está construyendo, desde julio de 2006, una promoción de pisos.

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