El baile de las fusiones entre cajas de ahorros que no ha hecho más que comenzar desembocará en matrimonios entre entidades de la misma comunidad autónoma y esto provocará que las redes de algunas oficinas se solapen y que aumente la concentración de negocio hipotecario en un momento en el que este riesgo está seriamente contraindicado.

En este escenario de reorganización del sistema financiero, el Banco de España ya ha dicho a las dos grandes cajas, La Caixa y Caja Madrid, que deberían ayudar tomando un papel de jugador activo y les recomienda acudir a la compra de activos sobrantes de las fusiones de otras entidades, según explican varias fuentes financieras.

El mensaje de la institución que capitanea Miguel Ángel Fernández Ordóñez también ha llegado a cajas de tamaño algo inferior a las dos gigantes y también sanas, como BBK e Ibercaja. El Banco de España no hace comentarios. Pero, como suele suceder, las entidades toman sus sugerencias como un mandato, y más en el preludio de una danza movida entre cajas de ahorros. Fernández Ordóñez ya ha instado varias veces a estas entidades que afrontan un mayor riesgo de crecimiento de la morosidad que la mayoría de los bancos a agilizar sus uniones.

No obstante, las grandes cajas no están dispuestas a comprar activos inservibles, aunque sí a adquirir oficinas o negocio si eso les supone ganar mercado en autonomías donde quieren crecer. Todo ello, mientras no les obliguen a anotar en el mismo año el gasto de adquisición,explican fuentes del sector.

La compra de activos ya se ha planteado como solución para Caixa Catalunya, aunque sin éxito. Hace unas semanas llegó a haber un conato de acuerdo para que La Caixa comprara los activos no catalanes de Caixa Catalunya y Caja Madrid, el negocio catalán. El Banco de España vio bien la operación, según fuentes conocedoras de la misma, pero se truncó por motivos políticos. Ahora, Caixa Catalunya negocia unirse a las cajas de Tarragona y Girona.

De momento, sólo hay dos fusiones claras y ninguna con activos que despierten apetito de las grandes entidades. Por un lado, la malagueña Unicaja se unirá a la cordobesa Cajasur y, en paralelo, a Caja de Jaén, para salvarlas. Mientras, Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu formarán una sola caja. Y en Castilla y León, Caja España y Caja Duero preparan su boda.

Todas las cajas están tomando posiciones. Pero el baile llegará a su apogeo en otoño, cuando las entidades vislumbren el impacto de la crisis en las cuentas de este año y surjan las prisas por enno-viarse para diluir riesgos o sal-varse, apuntan en el sector.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quiere una fusión para Caja Madrid basada en criterios 'estrictamente económicos' y de solvencia, no políticos. Así lo transmitió ayer por boca del consejero de Presidencia, Francisco Granados. Caja Madrid plantea unirse a Caixa Galicia y la CAM, a lo que se opone el presidente gallego, también del PP, Alberto Núñez Feijóo. Difícilmente habrá unaunión sin política, ya que exigen el visto bueno autonómico.