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Ataque suicida contra la ONU en el centro de Islamabad

Un terrorista mata a cinco personas tras conseguir colarse en el edificio

ELISA RECHE

Islamabad no ha logrado escapar a la ola de violencia que azota Pakistán en las últimas semanas. Un terrorista suicida, ataviado con un uniforme de las fuerzas de seguridad, logró introducirse ayer por la mañana en la sede del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP, en sus siglas en inglés) en la capital del país e hizo estallar la carga explosiva que portaba consigo. Al menos cinco personas perdieron sus vidas en la explosión, entre ellas dos mujeres y un ciudadano iraquí, y seis más resultaron heridas.

Ningún grupo terrorista ha reclamado por ahora la autoría del atentado. Sin embargo, el ministro paquistaní de Interior, Rehman Malik, señaló a los talibanes paquistaníes. Un día antes, el nuevo líder talibán, Hakimullah Mehsud, se reunió con los medios de comunicación para desmentir los rumores de su muerte y advirtió de ataques inminentes en todo el país como venganza por el asesinato de su predecesor, Baitullah Mehsud.

En las últimas semanas, la violencia se había centrado en las zonas tribales, donde los terroristas llevaron a cabo una serie de explosiones que acabaron con la vida de 28 personas. Pero con el atentado de ayer lograron burlar los anillos de seguridad que la Policía había establecido en la capital paquistaní.

Según Malik, el extremista se camufló con un uniforme de la Guardia de Fronteras, el cuerpo que custodia el blindado edificio de la ONU, y logró internarse en él aduciendo que necesitaba ir al lavabo. De ese modo no fue cacheado ni atravesó el detector de metales en la puerta de las oficinas, en las que se encontraban trabajando unas cien personas.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, calificó el ataque como un 'crimen atroz'. El WFP se dedica a suministrar alimentos a la población más desfavorecida de Pakistán. Por eso, el atentado 'es una tragedia no sólo para el WFP sino para toda la comunidad humanitaria y aquellos que padecen hambre', aseguró Josette Sheeran, directora de la organización en el país asiático.

Todas las oficinas de la ONU en Pakistán permanecerán cerradas hasta nuevo aviso por motivos de seguridad. En junio, dos trabajadores de Naciones Unidas murieron en Peshawar, ciudad situada al noroeste de Islamabad, en otro atentado suicida contra un hotel de lujo.

El Ejército paquistaní ha llevado a cabo en los últimos meses una intensa campaña en las áreas tribales para doblegar a los militantes. Tras el éxito obtenido en el valle del Swat, donde los militares paquistaníes expulsaron a los talibanes y pusieron fin al imperio de la ley islámica, ahora se muestran dispuestos a internarse en Waziristán del Sur, uno de los bastiones talibanes, fronterizo con Afganistán.

La presión del nuevo Gobierno estadounidense ha logrado que Islamabad lleve a cabo la primera gran ofensiva en años contra los talibanes paquistaníes. A principios de verano, el Ejército logró expulsar a los insurgentes del valle de Swat y en agosto un bombardeo aéreo acabó con la vida de su líder, Baitullah Mehsud.

Los militares quieren ahora entrar en otro bastión talibán: Waziristán del Sur. Sin embargo, este distrito tribal es mucho más grande e inaccesible que el vecino Waziristán del Norte. Además, la proximidad de las nevadas invernales dificultaría el combate.

EEUU cree que importantes miembros de Al Qaeda, que dan apoyo logístico y financiero a talibanes paquistaníes y afganos, se encuentran refugiados en Baluchistán, pero Islamabad lo niega.

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