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Asocian enfermedad renal moderada con pérdida de la audición

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Por Zach Gottlieb

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Una nueva investigación sugiereque a los adultos mayores con enfermedad renal moderada se lesdebería controlar la pérdida de la audición.

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En el estudio, sobre mayores de 50 años, el 54 por ciento delos participantes con enfermedad renal moderada tenían algúnnivel de pérdida auditiva, mientras que el 30 por ciento de losparticipantes con la enfermedad tenían una disminución auditivagrave.

Esas son cifras superiores a las de la población general:según el Instituto Nacional sobre Sordera y Otros Trastornos deComunicación, el 18 por ciento de los estadounidenses de entre 45y 64 años padece pérdida auditiva.

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Estudios previos habían revelado una relación entre laenfermedad renal y la pérdida de la audición en ciertos síndromesraros. Pero, el nuevo estudio, publicado en American Journal ofKidney Diseases, la extiende a los adultos mayores con enfermedadrenal.

En Estados Unidos hay 31 millones de adultos con enfermedadrenal; 7,5 millones con la forma moderada. Dados los nuevosresultados, los autores consideran importante que esos pacientesconozcan la relación entre su enfermedad y la pérdida de laaudición.

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"Si una persona tiene enfermedad renal, debería consultar almédico para que le evalúe la audición. Es un test sencillo, perolo ayudará a controlar cualquier alteración auditiva", dijo eldoctor David Harris, coautor del estudio de la Escuela deMedicina de Sidney, en Australia.

En la mayoría de los pacientes que perdieron audición duranteel estudio, la disminución no fue grave; sólo afectó niveles enlos decibeles similares a los de un suspiro o una conversación envoz baja.

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Según los autores, la indicación médica del audífono ayuda apreservar la audición.

Dada la naturaleza del estudio, los resultados no sugierenque la enfermedad renal cause la disminución auditiva, sino sóloque existe una relación entre ambos trastornos.

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El doctor Robert Hopkin, que estudia trastornos genéticos enel Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati, destacóque, aunque el estudio revela efectos en una gran población, enlos individuos existe una enorme variabilidad.

En otras palabras: tener alguna alteración en los riñones noquiere decir que se vaya a perder audición.

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Hopkin, que no participó en el estudio, indicó también quealgunos tratamientos renales pueden alterar la capacidadauditiva. "Algunos fármacos incluyen información sobre cuántoinfluyen en ese efecto adverso. Hay que prestarle atención aeso", dijo.

FUENTE: American Journal of Kidney Diseases, octubre del 2010

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