¿Armas de un neonazi para yihadistas?
Los investigadores siguen preguntándose por qué, para qué o para quién el neonazi Diego Frías, acusado de colaboración con banda terrorista yihadista, acumulaba las armas y munición halladas en su casa.
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Sin armas no es posible generar terror. Los yihadistas detenidos en Cataluña lo tenían claro y sabían que para poder emular a sus “hermanos” del Estado Islámico resultaba imprescindible formar a sus acólitos en el odio al “infiel”, marcar los objetivos contra los que actuar, obtener financiación y disponer de armas y explosivos para ejecutar sus planes.
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La “Fraternidad Islámica, Grupo para la Predicación de la Yihad”, integrado en el movimiento Yihadista Global y afín ideológicamente al Estado Islámico (DAESH), es la organización desarticulada en Cataluña por los Mossos d’Esquadra en la denominada “Operación Caronte”, seguramente bautizada así por los investigadores dado que los miembros de esta célula yihadista ejercían también de “barqueros de Hades” llevando “almas errantes” de occidente para combatir por el Califato a Siria.
Como en toda organización jerarquizada la “Fraternidad Islámica” contaba con un líder, Antonio el peluquero, que marcaba el camino a seguir; unos fieles seguidores con cometidos diversos como el proselitismo y la captación; así como unos proveedores y suministradores varios, entre los que presuntamente se encontraría el neonazi de Sant Quirze del Vallés Diego Frías.