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Aplazan la votación en el Senado, para intentar llegar a un acuerdo que evite la suspensión de pagos

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El líder de la mayoría demócrata en el Senado de EEUU, Harry Reid, decidió aplazar al domingo la primera votación de su plan sobre el techo de la deuda, para dar tiempo a las negociaciones con los republicanos sobre un acuerdo bipartidista que evite la suspensión de pagos, el 2 de agosto.

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El Senado se preparaba para un voto de madrugada (01:00 del domingo hora local, 05:00 GMT), para limitar el debate en torno al plan demócrata sobre la deuda y garantizar que la medida podría votarse definitivamente a primera hora del lunes.

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No obstante, Reid decidió aplazar esa votación 12 horas, hasta las 13:00 del domingo (17:00 GMT), a petición de funcionarios de la Casa Blanca, que vieron espacio para un posible compromiso con los republicanos y pidieron al líder demócrata unas horas más de margen.

"Creo que debemos dar a todo el mundo el mayor espacio posible para trabajar", indicó el senador demócrata al anunciar el aplazamiento.

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Reid añadió que aún había "muchos elementos por finalizar" y "una gran distancia que recorrer" para acabar con el obstruccionismo que ha impedido que por ahora progresen las negociaciones.

En un fin de semana clave para evitar que el Tesoro estadounidense declare parcialmente el cese de pagos el próximo martes, la Casa Blanca y el Capitolio continuaron hoy sus negociaciones, con el propio presidente de EEUU, Barack Obama, inmerso en conversaciones con demócratas y republicanos.

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En una agitada votación, la Cámara de Representantes de mayoría republicana rechazó, por 246 contra 173 votos, la propuesta demócrata para alzar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en 14,3 billones, antes aún de que el Senado iniciara siquiera los trámites para votarla.

Los republicanos optaron así por devolver el golpe que el Senado asestó el viernes a la propuesta del presidente de la Cámara Baja, John Boehner, al bloquearla poco después de que fuera aprobada en ese hemiciclo.

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El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró en una conferencia de prensa tras la votación que había hablado hoy por teléfono tanto con el vicepresidente, Joe Biden, como con Obama, y opinó que el mandatario debería estar presente en cualquier negociación para llegar a un consenso.

"Confío plenamente en que lograremos un acuerdo en un futuro muy próximo", aseguró McConnell, mientras que Boehner subrayó que los estadounidenses pueden estar seguros "de que esta crisis se acabará" y de que "no habrá cese de pagos".

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Ese optimismo contrastó con la frustración que Reid expresó más tarde en el pleno del Senado, después de una visita a la Casa Blanca junto con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Los dos legisladores se reunieron con Obama poco después de que el plan de Reid se estrellara en la Cámara Baja, en un encuentro del que no han trascendido detalles.

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"No es cierto que estemos cerca de un acuerdo significativo", dijo Reid en el Senado tras la reunión. "Y si estamos hoy aquí, es por una sencilla razón: el filibusterismo", añadió.

Para zanjar el debate en torno a su medida, Reid necesitará en la votación del domingo una mayoría de 60 votos, lo que obliga a los demócratas, que controlan la Cámara Alta, a asegurarse el respaldo de al menos siete republicanos.

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Ese objetivo pareció hoy lejano cuando McConnell entregó a Reid una carta en la que 43 de los 47 senadores republicanos se comprometían a votar en contra.

Reid ha modificado en los últimos días su plan para añadirle elementos impulsados por McConnell, y su propuesta incluye ahora una elevación de la deuda en dos fases, hasta llegar a 2,4 billones, y una reducción del déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década.

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No obstante, carece de un mecanismo que establezca cómo actuar si el Congreso no consigue reducir el déficit en los niveles esperados, lo que se ha convertido en el principal argumento de muchos republicanos para rechazar el plan.

"Es hora de que acabemos con este teatro del absurdo", dijo tras la votación en la Cámara Baja una decepcionada Nancy Pelosi, que instó a los legisladores de ambos partidos a lograr una solución "real".

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