La antorcha olímpica continuó hoy su relevo por el interior de China en una jornada que comenzó a las puertas de un instituto de la ciudad de Taizhou (provincia de Jiangsu, este del país), donde el actual presidente chino, Hu Jintao, cursó sus estudios de secundaria entre 1956 y 1959.

De hecho, el mayor de los 104 relevistas que corrieron hoy con la antorcha en esa ciudad fue el anciano profesor del presidente Hu, Jiang Xun, de 78 años, señaló hoy el diario "South China Morning Post".

Además, el próximo viernes la antorcha pasará por el pueblo natal de Hu, Jixi, en la provincia oriental de Anhui, mientras el relevo de hoy concluyó en la ciudad de Yangzhou, lugar de origen de su antecesor en la presidencia del país, Jiang Zemin, en la misma provincia de Jiangsu.

Según un comunicado de la organización del relevo, tras un minuto de silencio ante el centro educativo, como se viene haciendo desde la semana pasada en recuerdo de las víctimas del peor terremoto sufrido en el país en tres décadas, el pasado 12 de mayo, el fuego olímpico hizo un recorrido de 12,8 kilómetros por la localidad.

Entre los relevistas estuvo la atleta ciega Xue Lanmei, oro en la competición de judo femenina de 70 kilos en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, que no olvidó a los afectados por el seísmo.

"Con el terremoto sentí de verdad la fortaleza espiritual de la gente de esa región (Sichuan). Confío en que se pongan en pie y sigan avanzando hacia un futuro brillante", declaró Xue a la agencia oficial Xinhua.

"La llama sagrada une a los chinos de todo el mundo, y los que están sufriendo el desastre no están ni estarán nunca solos", afirmó.

La parte china del relevo de la antorcha está siendo acogida en las ciudades por donde pasa con fervor nacionalista, incrementado por su vinculación con el terremoto y la reconversión de la llama, para muchos seguidores chinos, en un símbolo de la unidad del país ante las dificultades.

Desde el pasado miércoles muchos relevistas muestran al correr un puño cerrado como símbolo de apoyo a los afectados, mientras entre los espectadores, que lucen con igual profusión banderas chinas y de los Juegos Olímpicos, son habituales cánticos como "ánimo, Pekín, ánimo a los Juegos, ánimo a Sichuan".

Esta mañana, tras atravesar once puentes y varios paisajes rodeados por los ríos Dongcheng y Fengcheng, entre fuertes medidas de seguridad, con policías apostados en todo el recorrido cada pocos metros, la llama llegó a un pebetero de Tiazhou, desde donde fue transportada a Yangzhou.