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Andrés Sardá lleva el glamour y el erotismo a la pasarela en San Valentín

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Andrés Sardá llenó hoy la Pasarela Cibeles de glamour y erotismo, coincidiendo con la celebración de San Valentín, al emular una fiesta privada en un exclusivo club al que acuden mujeres atrevidas con juegos de transparencias ajustadas al cuerpo y juego de volúmenes para ocultar o resaltar a capricho.

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Sardá propone para su colección "Girls Night Out" la conversión de la lencería de noche en vestidos, en un guiño que, según indicó a Efe su hija Nuria, invita a no olvidar su origen como corsetero, con diseños realizados en cristal totalmente pegados al cuerpo con la técnica del tatuaje.

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Combinaciones de seda y encaje, terciopelo y bordados se dan la mano en corpiños, vestidos de noche, lencería y trajes de baño, en los que el cristal, el metal y las pieles se funden con las materias más delicadas para recrear la elegancia femenina también en la ropa interior.

Sardá consigue sorprendentes contrastes de colores -verde oliva con morado- que también se reproducen en los accesorios, como en sus bolsos, colgantes, zapatos, tocados con lazos de raso y carteras maxi.

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Colores intensos como el lila, morado, verde, rojo y sobre todo el negro se funden con los metálicos tipo bronce, cobre y burdeos, creando diseños de lentejuelas aptos para fiestas de alto nivel.

El diseñador catalán, fiel a su tradición de aportar innovación en la línea, los tejidos y los colores para la ropa íntima, incluye en su última colección monos de encaje elástico revestidos de cadenas en bronce y vestidos adornados con cristales de Swarovski bajo los que se vislumbra el liguero.

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