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ANALISIS-No hay métodos para descifrar la mente de Gaddafi

Reuters

Podría ser aceptable cuestionar elestado mental de Muammar Gaddafi, pero es un ejercicio fútilintentar predecir su comportamiento.

Los expertos de salud mental y psiquiatría dicen que amenudo se ven abocados a diagnosticar desde fuera, una peticióngestada en el deseo de la sociedad de entender situacionesmalas.

Tanto si los sujetos son dictadores como si son "líderesfraternales", como se etiqueta el dirigente libio, las mentesde hombres como Gaddafi son únicas y por ello impredecibles.

"Lo que la gente intenta hacer es conseguir una clase detipología", dijo Nigel Eastman, profesor de psiquiatría en laUniversidad de St George, en Londres.

"Cuando los individuos se comportan distinto a lo quepensamos como normal, de una forma en que amenazan o dañan aotros, lo encontramos tan increíble que necesitamos encontraruna forma de entenderlo", añadió.

"Pero el salto de sentir que necesitamos comprenderles alograr una comprensión válida es un salto imposible", añadió.

MAS ALLA DE LO NORMAL

Pocos discuten que el comportamiento de Gaddafi ha ido enocasiones más allá de lo normal.

Se cree que al menos un millar de personas han muerto en suintento de sofocar una revuelta popular y ha acusado a losmanifestantes que se levantaron contra él de alimentarse deleche y Nescafé mezclados con drogas alucinógenas.

Su gusto por las mujeres guardaespaldas y por las tiendasbeduinas es llamativo, pero su disposición a ejecutar a susdetractores convierte esos caprichos en un comportamientoextremo.

"Claramente es un hombre muy extraño y diabólico", dijoEastman.

Estados Unidos calificó en el pasado a Gaddafi de "perroloco" por su apoyo a grupos extremistas en todo el mundo y enlas calles del principal bastión de la oposición, Bengasi, haymultitud de personas llamándole "loco" y "demente".

Algunos de quienes recientemente han estado próximos a éltambién le describen como "loco".

En entrevistas con la BBC y la ABC esta semana, algunoscomentaristas dijeron que el líder libio, de 68 años, parecíabastante lúcido. En la televisión libia apareció el miércolesrodeado de seguidores que coreaban "seguirás siendo grande".

FIN DEL JUEGO

El vice embajador libio ante la ONU, Ibrahim Dabashi,predijo la semana pasada que Gaddafi moriría combatiendo o sesuicidaría en lugar de dejar el poder. Dado que tiene pocasopciones, los analistas sugieren que esa idea bien podría serverdad.

Kingsley Norton, experto en trastornos de la personalidad,en el centro West London Mental Health Trust (WLMHT), dijo quela serenidad puede en ocasiones ser una muestra de que alguienestá cerca del final.

"La gente presionada se mantiene aparentemente tranquilacuando tienen una certeza interna sobre su propio futuro, quepuede provenir de una profunda creencia religiosa o del hechode tener un plan B, como un suicidio o la posibilidad deescapar a un refugio seguro", dijo.

Michael Phelan, psiquiatra asesor del WLMHT, dijo que tras41 años en el poder absoluto, rodeado de personas que no lecuestionaban, no es difícil creer que Gaddafi se pienseinfalible.

Phelan y otros dicen que la tendencia a usar las etiquetasde salud mental dice más de la necesidad de la sociedad porencontrar una explicación para ciertos tipos de comportamientoque sobre los propios autores.

"Es una forma de darnos la comodidad de saber qué estápasando", dijo Peter Byrne, director de educación en el RoyalCollege of Psychiatrists de Reino Unido. "Pero la verdad es queen términos de política local, nacional o internacional,realmente no sabemos qué está pasando".

Algunos expertos en salud mental temen que colgar etiquetaspseudopsicológicas a líderes como Gaddafi pueda minar laseriedad de sus acciones, y va en detrimento de quienesrealmente padecen un trastorno mental.

"Ves a gente dando este diagnóstico basándose en discursoso una forma de comportamiento, pero todo eso se suma al estigmade la salud mental", dijo Phelan.

"Si alguien hace algo realmente heroico, algo realmenteirracional que salva vidas, rara vez ves que les describen comolocos. Son siempre las cosas malas las que se describen comolocuras", añadió.

Y respecto a si un intento de análisis psicológico ayuda apredecir qué pasará luego, hay pocas posibilidades.

Aún cuando hay pruebas clínicas firmes de que alguien estámentalmente trastornado, es extremadamente difícil predecircómo podría reaccionar, especialmente en circunstanciasextremas.

"(En tales situaciones) lo único que podemos predecir sobrequé va a ocurrir es cómo se ha comportado esa persona conanterioridad", dijo Phelan. "Las tendencias pasadas decomportamiento tienden a predecir el futuro, y no creo quecolgar una etiqueta psiquiátrica ayude de ningún modo",añadió.

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