Amos Oz se siente "honrado" por el premio de un país que admira
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El escritor israelí y premio Príncipe Asturias de las Letras 2007, Amos Oz, se prepara para viajar la próxima semana a Oviedo, donde el día 26 de octubre recibirá un galardón con el que se siente "honrado" porque viene de un país al que admira.
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Oz hizo esa declaración en entrevista telefónica con Efe desde su lugar de trabajo, el sótano de su casa en el desierto del Neguev, en el sur de Israel, donde escribe un nuevo libro y dice estar "muy ocupado" con la planificación de las actividades que le esperan en España, un país con el que siente "una conexión especial".
Premiado con el Príncipe de Asturias en reconocimiento a "la defensa de la paz entre los pueblos" que hace en su obra, Oz está considerado el mejor escritor israelí del momento y en varias oportunidades ha sido postulado como candidato al premio Nobel de Literatura, un galardón del que prefiere no hablar.
En lo que no tiene reparo es en explayarse en la concesión del Príncipe de Asturias, que calificó de "muy importante".
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"Este premio es muy importante para mi porque viene de una cultura a la que admiro y a la que me siento cercano por temperamento" dice este autor accesible, cordial, y también humilde pese a haber recibido un rosario de premios internacionales y nacionales y a que su obra se haya traducido a más de 30 idiomas.
Descrito por vecinos y amigos como preciso y ordenado, soñador y enamorado del desierto del Neguev, Amos Oz nació en Jerusalén en 1939 en el seno de una familia de judíos sionistas que llegaron a esta ciudad provenientes de Europa antes del Holocausto.
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Su pasión por la Literatura comenzó durante su niñez en el hogar familiar donde "nunca hubo lujos pero si muchos libros", y hasta soñó en convertirse en uno de ellos para sobrevivir en "aquellos tiempos difíciles", previos a la creación de Israel en 1948.
Tras el suicidio de su madre en 1952, abandonó el domicilio paterno, cambió su apellido Klausner por Oz (que en hebreo significa Fortaleza) y se fue a vivir al kibutz (granja agrícola) Hulda.
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Desde su primera publicación, "Donde aullan los chacales y otros cuentos", que data de 1965, hasta la última, "Una historia de amor y oscuridad", que vio la luz en 2002, Oz ha combatido en su obra el fanatismo, uno de los fenómenos que más le interesan.
"Es un mal que no conduce a ninguna parte. Fanáticos palestinos e israelíes son quienes le han hecho mayor daño a la paz", dice.
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La preocupación sobre el asunto se refleja en particular en su libro "Como curar a un fanático", cuya distribución en las escuelas aprobó hace unas semanas el Gobierno sueco con el propósito de fomentar la tolerancia entre los jóvenes.
También es uno de los intelectuales israelí más comprometidos con el proceso de paz con los palestinos y fue uno de los fundadores del movimiento "Shalom Akshav" (Paz Ahora).
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Oz cree en la solución de dos Estados, uno palestino y uno israelí, basados "mas o menos en las fronteras de 1967, porque a lo mejor tocará hacer algunos cambios e intercambiar tierras".
Tampoco tiene pelos en la lengua para proponer la división de Jerusalén, uno de los escollos mas difíciles de sortear en el proceso de paz, ya que para los nacionalistas israelíes esta ciudad debe ser "la capital eterna e indivisible" del Estado Judío.
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"El este de la ciudad debería ser la capital de los palestinos, y el oeste, la de los israelíes", mantiene al respecto.
Y sobre las conversaciones entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abás, para preparar la conferencia de paz prevista para fines de año en Annapolis (Maryland, EEUU), opina que han permitido recuperar "la esperanza".