Amir Valle traza una historia de Cuba a través de su capital, La Habana
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El escritor Amir Valle (Cuba, 1967), que en 2007 obtuvo el Premio Internacional Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción publicada en lengua española por su libro "Jineteras", ha trazado una historia de Cuba, centrándose en su capital, en "La Habana. Puerta de las Américas" (Almed).
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Valle ha elegido para su libro el mismo título que le dio a la ciudad el capo mafioso norteamericano Meyer Lansky en la década de los 50, "la puerta de las Américas", si bien han sido muchos los que han querido bautizar a La Habana, como el científico alemán Alexander von Humbolt, que la llamó "ciudad de la inteligencia americana", o como, más recientemente, el escritor Antonio José Ponte, que se ha referido a ella como "una ciudad en ruinas".
Para Albert Einstein, la capital cubana fue "la ciudad de los asombros" y para Ernest Hemingway "la llave del Golfo de México", mientras que para el también norteamericano rockero Elvis Presley fue "la capital musical del nuevo mundo", aunque quien vio su valor estratégico con más claridad tal vez fuese el mismísimo David Rockefeller al asegurar: "Una ciudad que nos haría mucha falta para conquistar América".
Valle inicia su obra con la leyenda del nombre de la ciudad, debida a la bellísima princesa india que encontraron los primeros conquistadores españoles que pisaron la isla, los cuales, al preguntarle su nombre, obtuvieron por respuesta: "Habana", lo que dio origen al nombre de la ciudad colonial de San Cristóbal de La Habana.
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La ciudad, aun después de aniquiladas las revueltas aborígenes, hubo de resurgir varias veces de sus propias cenizas, a las que la redujeron varias veces los piratas y corsarios franceses durante el siglo XVI, hasta que en 1561 la Corona española determinó que se concentraran allí las naves españolas procedentes de las colonias americanas antes de afrontar la travesía del océano.
Valle, que en su libro señala la novela de Julio Travieso "El polvo y el oro" como "uno de los documentos literarios imprescindibles para recorrer y entender la historia de Cuba desde su nacimiento hasta el triunfo rebelde de 1959", efectúa igualmente un recorrido desde la fundación de la ciudad hasta la actualidad.
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También dedica capítulos a la fundación de la ciudad, a la posesión inglesa y posterior canje por la Florida, al largo proceso hacia la independencia y la posterior posesión norteamericana, al periodo de Fulgencio Batista, de quien se recuerda que el capo Lucky Luciano lo definió como "un presidente vitalicio invisible" por su influencia en cualquier gobierno de la isla, y al periodo revolucionario.
Sobre este periodo Valle recomienda el documental "Arte nuevo de hacer ruinas", del realizador alemán Florian Boschmeyer, quien, conducido por el escritor Antonio José Ponte, "uno de los intelectuales de más prestigio en la historia cultural cubana de los últimos veinte años", muestra "la existencia agónica de varios de los edificios míticos en la vida habanera de siglos pasados".
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La tesis de Ponte y Boschmeyer, explica Valle en estas páginas, es que, "como el gobernante vitalicio Fidel Castro no ha logrado que los americanos le den la guerra que lo haría morir como un héroe de una nación convertida en ruinas por las bombas 'Made in USA', se ha dedicado a dejar que el tiempo pase sobre la ciudad, abatiéndola con sus oleadas devastadoras, para lograr un territorio donde las ruinas le recuerden la guerra tan ansiada".
Además de ésta sobre La Habana, la editorial Almed ha publicado varias obras sobre ciudades de gran significado histórico y cultural, como Alejandría, Venecia, Florencia, Nápoles, Tánger y Estambul.
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Alfredo Valenzuela