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El ambulatorio de L'Escala, un negocio encubierto

La primera adjudicación a una empresa privada de un área básica sanitaria en Catalunya desnuda los planes de la Generalitat de Mas a pesar de haber sido momentáneamente frenada

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L'Escala, municipio de la comarca del Alt Empordà (Girona), aguarda impaciente la resolución del Departamento de Salut de la Generalitat sobre la gestión del Àrea Básica de Salut del que depende este territorio ampurdanés y que, desde el pasado mes de noviembre, fue adjudicada a la multinacional Eulen, una empresa privada especialista en actividades de limpieza, seguridad y servicios auxiliares. En noviembre, esta empresa familiar, presidida de forma turbulenta por David Álvarez -cinco de sus seis hijos están enfrentados con él por el control de la empresa-, ganó el concurso para gestionar el CAP de L'Escala y otros dispensarios de atención primaria de la zona, sentando un precedente histórico en la sanidad catalana. Pero la organización que gestiona el ABS desde hace 12 años, la Fundació Salut Empordà, que no tiene ánimo de lucro y que también ofrece atención especializada en el Hospital de Figueres, presentó un recurso el pasado 14 de febrero con el que ha logrado paralizar momentáneamente la adjudicación.

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Con esta estrategia -apurando hasta el último día del plazo para recurrir-, el traspaso de poderes a Eulen ha quedado en punto muerto y ahora la pelota está en el tejado del Departamento de Salut de la Generalitat, que debe estudiar y desencallar la situación sin que exista una fecha concreta para ello, según fuentes consultadas. En el caso de que Eulen pueda ejercer su nueva gestión como ganadora del concurso, sería el primer caso de privatización de un centro de asistencia primaria en la historia de Catalunya, como publicó El País, con todo el recelo e incertidumbre que esta decisión ha provocado en los ayuntamientos afectados. De hecho, nada más conocerse su adjudicación, los nueve municipios del ABS de L'Escala firmaron un manifiesto conjunto oponiéndose a la decisión de CatSalut de dejar la gestión en manos de una corporación privada. En el documento, muestran su preocupación por los criterios mercantilistas con los que esta empresa basaría su proyecto y también manifiestan el temor a que se reduzcan el número de pruebas y personal, a pesar de existir un acuerdo verbal de subrogación de los profesionales actuales.

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Las bases del concurso son el punto más controvertido de la decisión. Tal y como ha reconocido el propio Conseller de Salut, Boi Ruiz, la experiencia no ha resultado un aval imprescindible en la adjudicación de Eulen, que únicamente posee una rama sociosanitaria mediante la cual, según se desprende de su página web, se ofrecen actividades en teleasistencia, centros residenciales, dependencia y escuelas infantiles. La empresa, que se niega a hacer declaraciones "por respeto a la entidad gestora actual", no quiere aclarar su experiencia específica en el sector sanitario, así como los motivos por los cuales se presentaron al concurso de la gestión del ABS de L'Escala. Para el alcalde de este municipio, el socialista Estanislau Puig, la estrategia no admite dudas: "Esta adjudicación es la punta de lanza para la introducción de un nuevo modelo sanitario que podría extenderse en otras partes de Catalunya", sugiere a Público. Y añade: "¿Por qué Eulen se interesa en L'Escala y no se presenta a otros concursos? ¿Tal vez por los 2,5 millones de euros que factura anualmente, más el millón adicional que recauda de los turistas en verano? Buscan negocio". También la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria ha querido alzar la voz. En un comunicado emitido este lunes, afirman que los CAP deben estar gestionados por empresas "con control y evaluación del servicio ofrecido desde la propia Administración".

Lo más paradójico es que en la página web de la Fundació Salut Empordà aparece una foto de Santi Vila, actual conseller de Territori i Sostenabilitat de la Generalitat, como presidente, algo lógico si se conoce que esta fundación siempre la preside el alcalde en funciones de Figueres, puesto ocupado por Vila antes de que entrara a formar parte del Govern a finales del año pasado y que ahora está en manos de Marta Felip. Al parecer nadie ha reparado en este detalle, mucho más sangrante si se repasan las declaraciones públicas de Vila en contra de la adjudicación de Eulen. "Mi opinión como político es que no me gusta que se gestione la atención primaria con ánimo de lucro", dijo cuando era alcalde. "Ahora se hace el sorprendido porque ejerce su nuevo papel de conseller. Por eso las críticas las tiene que hacer con la boca pequeña", ironiza Estanislau Puig.

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 Otro conseller, el de Salut, Boi Ruiz, también ha lamentado el caso pero recuerda que la Generalitat no tiene competencias para evitar que empresas privadas sin experiencia en el sector sanitario se presenten a concursos para la gestión de centros de salud. "Encima hay que aguantar que se haga el sorprendido. ¿Cómo la experiencia no va a poder ser un mérito evaluable? ¿Cómo que la Generalitat no puede modular las bases del concurso? Al final todo se reduce al dinero y a Eulen le sobra para poder pagar un proyecto técnico atractivo para el Govern", resume Puig.

Para más inri, Ruiz salió al paso de la polémica asegurando que debería existir un marco regulador propio para Catalunya para que se valorara la experiencia de los adjudicatarios y el hecho de que no tuvieran ánimo de lucro. "Nos trata como si tuviéramos 15 años. De nuevo el discurso de que la culpa es de Madrid. Aquí lo que hay es un proceso privatizador que quiere acabar con un modelo catalán de éxito que hasta no hace mucho era el espejo de muchas otras comunidades, con un sistema mixto sin afán de lucro entre consorcios, fundaciones, y el propio ICS".

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"Les hemos visto la jugada", concluye Puig al tiempo que recuerda que, si finalmente Eulen se hace con la gestión del ABS, un recién constituido Consell de Salut, avalado por todos los pueblos afectados, velará por "la supervisión de la calidad asistencial del ABS". "Al final, todo esto está demostrando que los ayuntamientos, de forma responsable, podemos mancomunarnos y ejercer presión a la Generalitat".

Por si fuera poco, el CAP de L'Escala lleva el nombre de Moisès Broggi, médico humanista fallecido a finales del 2012 y defensor de la sanidad pública a ultranza. Poco o nada le sonará este nombre a David Álvarez, preocupado como está en defender el control de Eulen y El Enebro, sociedad propietaria de Bodegas Vega Sicilia que también posee, de las ambiciosas manos de sus hijos. Un David Álvarez que celebró el arranque de 2013 subiéndose el sueldo en dos millones de euros. Al mismo tiempo, por cierto, que rebajó en un 40% el de su plantilla en la T4 de Barajas, según publicó Vozpopuli.

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