Alcorcón, del sueño al orgullo

El sueño está muerto, pero el orgullo sigue vivo. Jamás se dio por vencido el Alcorcón, pero hay veces en las que el destino es incorregible. El portero Juanma, que fue el héroe ante el Real Madrid, vivió una noche cómica y casi injustificable. En el segundo y el tercer gol del Racing fue el gran enemigo del Alcorcón. Pero Juanma ya es mayor, lleva tiempo en esto y sabe que en la vida de los porteros casi nunca hay término medio. O lo eres todo o no eres nada.

Hubo poco fútbol en Santo Domingo, porque el precario césped no permitía pases con azúcar. Pero lo poco que hubo correspondió al Alcorcón. Hasta tres clarísimas ocasiones tuvo en la primera parte que David Sanz, Vara y Carmelo se repartieron como buenos hermanos. Pero resulta que el que marcó fue el Racing en una masificada acción en el área, en la que posiblemente el balón había salido fuera antes de que Christian lo empujase a la red. Pero el árbitro no vio nada. O no lo quiso ver.

A los dos minutos de la reanudación, Juanma regaló el segundo gol a Geijo, pero en el Alcorcón habita gente humilde con disfraz de héroes. Iñigo López invitó a la proeza, pero al rato Juanma equivocó otra vez la salida. Aún así, este Alcorcón no se rinde así le caiga un terremoto. A falta de tres minutos, Borja Gómez, el otro central, apoyó lo imposible y hasta el pitido final el estadio soñó con el empate. Por eso la gente se pregunta si el sueño de la Copa aún tiene una vida más en El Sardinero.