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El alcalde de Burgos permite un homenaje al general golpista Yagüe en un espacio municipal

La ciudad acoge una exposición que ensalza la figura de uno de los responsables de la sublevación militar que precedió a la Guerra Civil. La muestra vulnera la ley de Memoria Histórica y se celebra en un espacio públ

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El Ayuntamiento de Burgos acoge en su sala de exposiciones del monasterio de San Juan una muestra en honor al general golpista Juan Yagüe, responsable de algunas de las peores matanzas perpetradas por los militares de Franco durante la Guerra Civil. La fundación que lleva el nombre del militar, presidida por su hija María Eugenia, promueve esta iniciativa con la que busca ensalzar la figura del general.

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La exposición vulneraría la ley 52/2007 de Memoria Histórica al tratarse de un acto de exaltación de un responsable del conflicto bélico en un recinto municipal. La muestra, que se inaugurará el próximo 22 de abril bajo el título Un hombre y el resurgir de Burgos, Yagüe, reunirá cientos de documentos sobre su trayectoria militar, fotografías y objetos personales como algunos de sus uniformes.

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La Federación Estatal de Foros por la Memoria ha canalizado su indignación a través de la recogida de firmas para solicitar al alcalde de Burgos, Javier Lacalle, que cancele el homenaje a "uno de los mayores asesinos de la España reciente" por respeto a las víctimas del franquismo.

Por su parte, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica [ARMH], responsable de la apertura de más de una veintena de fosas en la provincia de Burgos con el resultado de cerca de 300 víctimas de la represión identificadas, considera "inadecuado" que se ceda un espacio público "para hacer apología del golpismo". "La exposición es un homenaje al militar golpista", ha lamentado José María Rojas, miembro de la asociación en Burgos.

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"Cualquier día se buscarán otro motivo para homenajear a Franco" "Hace poco se dedicaron unas jornadas a Serrano Suñer, Defensa mantiene la cátedra Kindelán en honor al jefe de la aviación durante la guerra y ahora justifican el homenaje a Yagüe diciendo que era un bienhechor de Castilla, que realizó muchas obras públicas. Cualquier día se buscarán otro motivo para homenajear a Franco", lamenta el historiador Francisco Espinosa, que ha plasmado las consecuencias del paso de Yagüe por Badajoz en su libro ‘La columna de la muerte'.

Según ha informado el Diario de Burgos, la hija de Yagüe "se ha puesto en contacto con todos los archivos históricos en los que hay documentación relacionada con el general franquista porque no quiere dejar ni un solo cabo suelto". Menos suerte tienen, en cambio, los historiadores que han tratado de documentar el número de víctimas que dejó la ocupación realizada por las columnas al mando de Yagüe: grupos formados por miles de legionarios y regulares que arrasaron los pueblos y ciudades por los que pasaron en su camino a Madrid tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936.

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Francisco Espinosa ha identificado a 1.500 personas "con nombre y apellidos", apostilla, asesinadas en Badajoz -una ciudad que contaba entonces con 40.000 habitantes- entre 1936 y 1944. Pero estima que la cifra sea mayor, ya que no se tiene acceso a todos los archivos militares. Incluso el propio Yagüe, respondiendo a una pregunta del corresponsal del New York Herald Tribune facilitó otra cifra: "Por  supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar  4.000  prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar a contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?".

"Por  supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted?", respondió Yagüe a un periodista "El personaje se enmarca dentro de esa generación de militares forjados en las guerras de África, donde emprendían una carrera rápida, ascendían y se convertían en oficiales a edades jóvenes. El tipo de guerra que hacían les producía un embrutecimiento total, y son esos militares con esa formación los que después se adueñan del poder en España", explica Espinosa. "Sin el ejército de África, el golpe habría fracasado a las dos o tres semanas", añade.

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Yagüe protagonizó algunos de los episodios más crueles de la Guerra Civil: la matanza de Badajoz, en agosto de 1936, la ocupación de Talavera de la Reina (Toledo)- días antes de que Franco le quitara el mando de la conocida como columna de la muerte y la toma de Barcelona.  También fue famosa su intervención en la revolución de Asturias de 1934. "Fue sofocada con la dureza y brutalidad propia de los militares que hicieron carrera en África, y a la derecha le sirvió para comprobar cómo en escasos días se pudo acabar con la revuelta obrera mandando allí al ejército", aclara Espinosa.

En Badajoz, cerca de 500 personas entre carabineros fieles a la Segunda República y milicianos trataron de frenar el avance de la columna formada por tropas regulares de África y legionarios. "No solo les doblaban en número [los sublevados], sino que se trataba de militares profesionales", aclara Espinosa.  Además, la aviación preparaba el camino, bombardeando unos días antes las zonas que se iban a ocupar.

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Cadáveres de milicianos republicanos asesinados tras la toma de Badajoz por la columna del general Yagüe.

A primeros de agosto ya estaba conformado el convoy que subiría desde Algeciras arrasando las poblaciones a su paso. "Los aviones italianos trasladaron a miles de personas que se incorporaron a las actividades golpistas", describe el historiador consultado por Público. "El 7 de agosto de 1936 comenzaron los bombardeos sobre Badajoz. Fue una ocupación muy dura", sostiene.

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Yagüe permaneció cuatro días en la ciudad pacense. "Durante ese tiempo, se habilitaron prisiones por toda la ciudad y se fusilaba gente en las fosas de las murallas, en las plazas, en el cementerio", ha documentado Espinosa. Después, sus militares continuaron matando. La represión directa en Badajoz, al igual que en otros lugares del país, llegó hasta 1944.  "Lo que sucedió en Badajoz fue algo distinto a lo que ocurría hasta el momento, mataron a mucha más gente", asegura.

Al acabar la guerra, Franco agradeció los servicios de Yagüe concediéndole diversos cargos de importancia: ministro del Aire, comandante militar en Melilla y capitán general de la VI región militar. Como al resto de sus generales, le otorgó un título de marqués hereditario y exento de cargas fiscales. En su caso, lo hizo a título póstumo en 1952.

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Público se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Burgos para reflejar su postura, pero no ha obtenido respuesta.

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