Se agota tiempo para rescates en Haití y crece impaciencia de sobrevivientes
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Los equipos de rescate desplegados en Haití trabajan hoy a contrarreloj para sacar a personas bajo los escombros, mientras crece la impaciencia en el país frente a la lentitud de la distribución de la ayuda.
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Según expertos, las 72 horas posteriores a una tragedia como la producida por el sismo del martes son cruciales para hallar sobrevivientes, lo que hace temer que desde mañana aumenten los muertos, que hoy fueron calculados en 50.000 por el ministro haitiano de Salud, Alex Larsen.
Por eso, a punto de cumplirse ese plazo y pese a que hoy se hallaron 23 personas con vida bajo los escombros que quedan del Hotel Montana de Puerto Príncipe, las esperanzas de las cerca de 2.000 personas de 24 equipos de rescate llegados de todo el mundo disminuyen minuto a minuto.
Al factor tiempo se suma la subida de temperaturas en la capital haitiana, la más afectada por la tragedia, algo que acelera la deshidratación de los cuerpos, dijeron expertos consultados hoy por Efe en el aeropuerto Toussaint Louverture de esa ciudad.
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La situación también es crítica para los heridos (250.000, según Larsen), muchos de los cuales están muriendo en los hospitales por falta de auxilio, de medicamentos y hasta de comida, pese a la constante llegada de vuelos con material humanitario.
"He visto morir a heridos que tenían que ser amputados, entre gritos desgarradores, sin poder hacer nada por no tener ni material de amputación ni sangre para transfusiones", comentó Genevieve Reynold Savain, propietaria de la clínica privada CDTI.
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El caso más trágico es el del Hospital General, público y el mayor de la capital, con 2.000 cadáveres en sus instalaciones y un número de lesionados "que ya no puedo ni contar", señaló su director, Guy Laroche.
El hospital está sin agua, electricidad, gasolina para sus ambulancias, medicamentos específicos, sangre para transfusiones ni alimentos. "Los que tienen familias, comen; los demás, se retuercen de hambre. además de dolor", pues tampoco hay anestesia, agregó.
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En el Hospital de la Paz, del barrio Delmas, una brigada médica cubana se hizo cargo de las instalaciones ante la ausencia de cualquier persona responsable.
Y es que la falta de coordinación es evidente en Puerto Príncipe, pues toda la ayuda humanitaria que envía el mundo no está llegando a las calles, donde los ciudadanos se agolpan con baldes frente a camiones de bomberos que les sirven agua.
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En la Avenida Delmas, poblada de gente desahuciada tras haberlo perdido todo, Efe vio cómo un guardia privado de seguridad comenzaba a disparar su revólver al aire para ahuyentar a un grupo de saqueadores que intentaba hacerse con alimentos de un comercio.
Ante el aumento de la tensión, los responsables de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah) reforzaron las patrullas militares y policiales que garantizan la seguridad en la capital haitiana.
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"La distribución es un problema, y es una gota en el océano. Lo sabemos y compartimos la impaciencia, pero hay limitaciones a la distribución por falta de camiones, combustible y el bloqueo de las carreteras", dijo el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitario, John Holmes, en una conferencia de prensa.
El diplomático británico resaltó que son conscientes del "enojo y la frustración" de los sobrevivientes de la catástrofe, mientras que instituciones como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) solo han podido hacer llegar su ayuda a unas 8.000 personas, aunque espera auxiliar a un millón en las próximas dos semanas.
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Con un Gobierno virtualmente suspendido y con varios de sus miembros desaparecidos, organizaciones humanitarias se preguntan por qué la ONU, que hoy pidió ayuda urgente por 560 millones de dólares para el país caribeño, no asume la coordinación de la asistencia.
En una conversación telefónica, el presidente haitiano, René Préval, le dijo hoy al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que el principal problema en Haití es "la coordinación de los múltiples esfuerzos humanitarios".
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La ayuda empezó a ampliarse de forma considerable con la llegada a las costas haitianas del portaaviones de EE.UU. Carl Vinson, que tiene 19 helicópteros, 51 camas de hospital, tres salas de operaciones quirúrgicas y la capacidad de producir cientos de miles de litros de agua potable y 18.000 comidas por día.
No obstante, el PMA envió hoy solo 20 de las 86 toneladas de alimentos que tiene previstas para atender a los damnificados, unos tres millones, debido a que se siguen presentando problemas en el aeropuerto de la capital haitiana.
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"La condición de logística es difícil, por eso hay vuelos que no pueden aterrizar", sostuvo la representante del PMA en El Salvador, Dorte Ellehammer.
Ante la congestión del espacio aéreo de Haití, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICRMLR) está dando prioridad a los vuelos con material sanitario y de potabilización de agua, informó hoy una fuente del organismo.
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Los organismos de socorro también están preocupados por las condiciones sanitarias. El subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jon Andrus, advirtió hoy sobre el riesgo de diarreas y enfermedades respiratorias y virales entre la población.
En tanto, el Gobierno de Barack Obama otorgó el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los haitianos que residen ilegalmente en ese país y adelantó que probablemente habrá otra conferencia internacional de donantes para el país caribeño.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, viajará mañana a Puerto Príncipe para entrevistarse con las autoridades haitianas en el aeropuerto, de donde no saldrá para, dijo, no obstaculizar el trabajo humanitario sobre el terreno.
A ella se sumarán el fin de semana la vicepresidenta primera del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, el mandatario colombiano, Álvaro Uribe, y el boliviano, Evo Morales, quien se desplazaría el lunes.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, anunció que viajaría en el momento en que "sea posible hacer algún aporte en el terreno".