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La agencia ambiental de EEUU reconoce el calentamiento

Los científicos estadounidenses asumen 20 años después los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU

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La Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA, en sus siglas en inglés) reconoció ayer a través de un informe que "los gases de efecto invernadero, que generan el cambio climático, contribuyen a la contaminación del aire y ponen en riesgo la salud pública y el bienestar".

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Esta afirmación, obvia para todos los científicos del resto del mundo, es insólita en EEUU, ya que durante los ocho años de gobierno de Bush se negó la existencia del calentamiento y, por supuesto, de sus efectos.

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En 2007 la Corte Suprema de EEUU pidió a la EPA que revisara los informes científicos realizados hasta la fecha sobre las evidencias del cambio climático, y ayer la agencia se pronunció: el cambio climático existe y es una amenaza.

"La ciencia demuestra con claridad que las concentraciones de gases han llegado a niveles sin precedentes por las emisiones causadas por el hombre, y estos elevados niveles provocarán con una alta probabilidad un aumento de las temperaturas medias y otros cambios en el clima", señala el informe. Una frase que lleva pronunciando el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) desde hace 20 años.

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Esta afirmación llega tarde, pero llega, y según la directora de la EPA, Lisa Jackson, nombrada por el presidente Barack Obama, "el informe confirma que la contaminación generada por los seis gases de efecto invernadero es un problema serio ahora y para las generaciones futuras".

Con este reconocimiento, EEUU convierte el calentamiento en una oportunidad, y así Jackson apunta que el problema "tiene solución, ya que generará millones de empleos verdes y terminará con la dependencia estadounidense del petróleo exterior".

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El mercado de carbono es un caramelo muy preciado por las empresas, y precisamente las estadounidenses se habían quejado de la imposibilidad de entrar en el negocio, que está siendo acaparado por las europeas.

Este mercado permite que compañías que tengan que reducir emisiones puedan desarrollar proyectos en terceros países para deducir su contabilidad de gases. Un negocio de contaminantes, pero negocio al fin y al cabo.

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El informe supone abrir el proceso de información pública que se acabará traduciendo en normas. Obama ya pidió al Congreso que la ley del clima y energía limpia se enfoque hacia una economía baja en carbono en la que se mantenga un fuerte liderazgo.

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