Hubo una época en España, buena parte de la década de los noventa, en la que los banqueros iban al Banco de España a aprender, a recibir clases del que entonces dirigía la institución, Luis Ángel Rojo, que ayer falleció a los 77 años de una dolencia cardiaca. El profesor Rojo, como así siguen llamándole buena parte de los economistas más destacados del panorama español, nunca dejó de lado su vena didáctica. Cada banquero que pasaba por la plaza de Cibeles salía con un fajo de papeles y un montón de deberes por hacer.

Los que le conocían le definen como 'inteligente, intelectual con gran capacidad de comprensión, muy dialogante y que entendía como nadie las posiciones contrarias'. También reconocen que podía parecer 'distante y seco', aunque la realidad aseguran es que era 'tímido y entrañable'. Su sabiduría y esa lejanía en el trato ha llevado a que muchos de sus alumnos casi cualquier de los grandes economistas españoles han pasado por sus clases nunca dejaran de llamarle de usted.

Fue el creador de la hucha antimorosidad que ha permitido a la banca aguantar

Rojo tiene en su haber la intervención de Banesto y, sobre todo, la modernización del sistema financiero español y la creación de las provisiones que han permitido a las entidades nacionales sobrevivir mejor que las internacionales hasta esta última fase de la crisis. Gracias a esta hucha antimorosidad, hasta ahora han necesitado menos ayudas públicas que las del resto de países. El propio Banco de España y el presidente de la patronal de cajas, Isidro Fainé, le reconocieron ayer su gran aportación en este apartado.

Quizá por eso, y aunque en el pasado le criticaron que fuera más severo que los gobernadores del resto de bancos centrales, banqueros como Emilio Botín (Santander) o Francisco González (BBVA) coincidían ayer en calificarle como 'determinante' en el desarrollo de la economía española. Miguel Martín, que fue su subgobernador durante cuatro años, destacó también que fue una 'figura fundamental en la definición de la política económica de los distintos gobiernos de España, desde 1960 hasta la entrada del país en el euro'.

Pero Luis Ángel Rojo no sólo tuvo un papel determinante en la configuración de la política financiera en España. También fue muy importante su labor desde el punto de vista político. Aunque antes de aterrizar en el Banco de España llegó a impartir clases magistrales sobre marxismo, después, como gobernador, exigió que José María Aznar apoyara su continuidad en 1995 (cuando aún no era presidente) al frente de la institución e, incluso, promovió una gira del Partido Popular por Europa para que se conociera su programa económico, pese a que todavía no había alcanzado el Gobierno.

Los banqueros de hoy destacan que ha sido determinante para el sector

El ahora presidente de Bankia y entonces aspirante a ministro de Economía, Rodrigo Rato, contaba ayer: 'Siendo gobernador, me llamó una mañana para decirme que era necesario dar a conocer las alternativas de una oposición que un día iba a gobernar España. Para ello, me organizó un peregrinaje a los grandes centros financieros de Europa: Fráncfort, París y Londres'.

Pero, curiosamente, de alguien que ha dirigido durante tantos años en diferentes puestos el Banco de España y que en los últimos años ha sido consejero del Banco Santander, lo que más recuerdan todos sus conocidos es su faceta de catedrático de Teoría Económica. Julio Segura, ahora presidente de la CNMV y exconsejero del Banco de España, recordaba ayer: 'Es el economista más influyente de su generación. Yo personalmente le debo toda mi vida profesional. Fue mi profesor y soy el primer catedrático de su hornada. La macroeconomía de este país se lo debe todo'.