Cuando el 3 de abril se consume el llamado apagón analógico, dará comienzo una nueva era de la televisión en España.

Aunque todos los operadores tienen la mirada fija en esa fecha, ha habido tiempo también para la nostalgia, ya que se acaban de cumplir los primeros 20 años de la televisión privada, el mayor cambio del medio televisivo desde el paso del blanco y negro al color.

La primera en celebrar la efeméride fue Antena 3, que fue la encargada de romper el monopolio histórico de Televisión Española el 25 de enero de 1990 con el saludo de bienvenida del periodista Miguel Ángel Nieto y el informativo de José María Carrascal.

Esta cadena, hoy segunda privada en audiencia tras Telecinco, fue también, en 1993, la primera en ofrecer un debate entre dos candidatos a presidente del Gobierno, Felipe González y José María Aznar, moderado por Manuel Campo Vidal, y también es responsable de series ya clásicas como Farmacia de guardia.

Por su parte, Telecinco, actual líder del llamado target comercial, celebró el pasado miércoles sus 20 años recordando cómo algunos de sus formatos se convirtieron en auténticos fenómenos sociales, empezando por las Mama Chicho, y pasando por VIP Noche. Otro de sus buques insignia fue, es y parece que seguirá siendo Gran Hermano, el reality más famoso, que ocupa un lugar destacado en la trayectoria de la cadena junto con series como Médico de familia, late night shows como Esta noche cruzamos el Missisipi o Crónicas Marcianas, y formatos como Caiga Quien Caiga.

Poco después, en septiembre, llegaría Canal+, el primer canal de pago, que ofrecía cine de estreno, películas X y fútbol, además de programas como Lo + Plus o Las noticias del guiñol.

Su frecuencia analógica fue ocupada por Cuatro en 2005, cadena en abierto de Sogecable, que junto con La Sexta, que llegó en 2006 y tiene como principales señas de identidad el fútbol, el baloncesto y la Fórmula 1, además de formatos como Buenafuente o Sé lo que hicisteis, son la alternativa a las dos primeras. Ambas luchan por el tercer puesto de audiencia de la televisión privada, que podría acabar ocupando La Sexta si la Fórmula 1 tiene la audiencia esperada este año.