Una oleada de ataques xenófobos se diseminó en barriadas sudafricanas el lunes cuando turbas de exaltados dieron palizas a extranjeros y provocaron incendios en escenas que rememoran las épocas de violencia de la era del 'apartheid'.

Dos personas resultaron muertas y más de una veintena de chabolas fueron incendiadas en el barrio de Tembisa, cerca de Johannesburgo, dijo la emisora South African Broadcasting Corp. (SABC).

La policía, intentando reestablecer el orden, dijo que al menos 13 personas fueron asesinadas el fin de semana.

Inmigrantes de los países vecinos han sido responsabilizados por muchos habitantes de estas barriadas, que están entre las más pobres de Sudáfrica, de quitar trabajo a los nacionales y de acrecentar la tasa de criminalidad.

Medios locales dijeron que unas 20 personas resultaron muertas desde que los incidentes comenzaron, hace una semana.

Los incidentes son una vergüenza para un país que se ha jactado de su tolerancia desde el final del 'apartheid', así como un indicador del creciente descontento entre la población pobre sudafricana.

el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) -, Jacob Zuma, han hecho un llamamiento a que termine la violencia, que amenaza con nuevas tensiones en un país que lucha contra la inflación creciente, los cortes de electricidad y la escasez de formación.

HUYEN SIN SABER DÓNDE ESCONDERSE

Cientos de inmigrantes han buscado refugio en comisarías, iglesias y oficinas del Gobierno.

'En este momento, algunas personas han sido llevadas a la sede del ayuntamiento por seguridad, pero algunos siguen aún huyendo sin saber dónde acudir', dijo el portavoz policial Veli Nhlapo a la SABC.

La policía disparó balas de goma contra bandas juveniles que patrullaban por calles sin ley armados con palos, piedras y armas blancas. Muchos fueron arrestados.

Diarios sudafricanos publicaron fotos de un hombre prendido fuego por una banda el fin de semana. Llamadas a emisoras radiales urgieron a autoridades a que impongan toques de queda y a que envíe al Ejército para restablecer el orden en algunas de las zonas más violentas.

Entre los inmigrantes hay aproximadamente 3 millones de zimbabuenses que huyen del colapso económico en su país. Los inmigrantes dicen que son más a menudo víctimas de los crímenes que sus perpetradores.

Los zimbabuenses, al igual que ciudadanos de otros países africanos, son atraídos con promesas de trabajo en minas de Sudáfrica, granjas y hogares.

La organización asistencial Médicos Sin Fronteras dijo que la situación en las barriadas ya se ha convertido en una crisis humanitaria.

/Por Paul Simao/